Mendoza se encuentra en la recta final de un censo provincial inédito sobre el consumo de apuestas online en adolescentes. La iniciativa, llevada a cabo por la Dirección de Acompañamiento Escolar (DAE) a través de su observatorio, abarcó todas las escuelas secundarias de gestión pública y privada, así como la modalidad de jóvenes y adultos. "Es una muestra bastante representativa, muy amplia", confirmaron Carina Gannam, Directora de Acompañamiento Escolar de la DGE, y adelantó que los resultados serán informados en los próximos días por el Ministro de Educación, Tadeo García Salazar.
Esta información permitirá "elaborar estrategias precisas, circunscritas a cada contexto, a cada realidad", ya que las problemáticas específicas varían en las distintas regiones de la provincia. La preocupación es palpable, ya que "en los últimos años se ha multiplicado todo lo que tiene que ver con tecnologías y el acceso de adolescentes, en este caso, a plataformas de juegos y apuestas online", lo que "preocupa a las familias, a las escuelas y a los profesionales de la salud".
Prevención y detección: claves ante el avance tecnológico
Uno de los principales desafíos, según la DAE, es que "la tecnología llega antes que nosotros con los abordajes precisos para estas problemáticas". Por ello, el foco está puesto en la prevención, que es "lo más importante en todo este contexto que se presenta". Para ello, es fundamental "conocer tanto en la comunidad educativa, incluir a las familias, cómo abordarlo y principalmente cómo detectarlo".
Frecuentemente, hay una dificultad para identificar el problema. "Por ahí las respuestas de que algunas familias dicen, 'No, mi hijo no apuesta' o los docentes, 'No, yo no veo esa problemática' tiene que ver con la dificultad para identificar que un niño o un adolescente está apostando", explican desde la DAE. Se hace hincapié en la necesidad de conocer los indicadores y diferenciar entre jugar y apostar. "El hecho de jugar no está mal, está mal cuando se pasan esos límites de un uso responsable y pasa a ser un consumo".
Consumo problemático vs. Ludopatía: una distinción necesaria en la adolescencia
Es crucial entender que en adolescentes, por tratarse de "etapas evolutivas que están en pleno desarrollo y maduración", no se habla directamente de ludopatía en el sentido clínico de la adicción en adultos. En cambio, se utiliza el término "consumo problemático".
"Un consumo problemático, una problemática de consumo", señalan, "quiere decir que está excediendo los límites porque estamos viendo determinados signos o síntomas que indican que algo no está bien". Algunos de estos signos de alerta pueden ser:
- Insomnio o trastornos del sueño.
- Ausentismo o bajo rendimiento escolar.
- Distanciamiento de vínculos y pares.
- Retraimiento social, alejamiento de actividades.
- Irritabilidad o mayor ansiedad.
Estos son indicadores que "nos están indicando que algo está pasando", y que deben llevar a una observación más profunda.
El rol de la escuela y la corresponsabilidad familiar
Para abordar esta problemática, la Dirección de Acompañamiento Escolar está capacitando a docentes y trabajando en materia preventiva para que puedan identificar estos signos de alerta. Además, cuentan con equipos técnicos en toda la provincia, conformados por psicólogos, psicopedagogos y trabajadores sociales, quienes brindan apoyo en las escuelas. "Nuestra alerta es cuando ven algún signo de o identifica el docente o también los mismos adolescentes que hablan de sus compañeros", informan.
Ante casos de consumo problemático, la DAE cuenta con un área específica con profesionales especializados que "acercan a la escuela, a cada una de las escuelas propuestas de trabajo, no solamente con el estudiante, sino con la familia". Los padres que necesiten contactar a estos profesionales pueden hacerlo a través de la dirección de cada escuela, donde se les proporcionará el contacto y horario fijo asignado al profesional de la DAE, o directamente a la Dirección de Acompañamiento Escolar, cuyos datos están disponibles en el portal educativo.
Finalmente, sobre el debate del uso de celulares en las aulas, desde la DAE señalan que "no se trata de prohibir". La mirada es más conceptual, buscando "estimular en todo caso eso es un pensamiento crítico para educar en el riesgo". El objetivo es que los jóvenes puedan manejar su vida adulta de manera autónoma, y una prohibición total no necesariamente abordaría el problema de fondo, ya que "el síntoma va a aparecer en otro por otro lado, en otro contexto". La clave es el acompañamiento y la educación, en un trabajo "colaborativo y coordinado" entre la escuela y las familias.
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