¡Alerta glicinas! Por qué debemos protegerlas ahora de un factor climático irrefrenable

Desde mediados de agosto y hasta promediar octubre, atravesarán el Centro y Norte del país los vientos más fuertes del año. Por eso, es crucial tener en cuenta dos cuestiones: primero, que como este aire será seco, tendrás que incrementar el riego del jardín a medida que aumenten el viento y la temperatura.

En esta época, lo mejor es regar por la mañana; así, habrá agua disponible cuando se produzca la brotación de hojas y flores, y la planta demande jugos en sus tejidos.

¿El segundo tema a atender? Comenzar con el guiado de ramas de enredaderas a medida que estas broten, especialmente en el caso de glicinas, ya que un viento fuerte podría desprenderlas de donde están apoyadas.

Sugiero atarlas con hilos que no sean plásticos: de algodón o sisal son los mejores. Dos años más tarde, cuando la rama tome forma y se fortalezca, podrás cortarlos permitiendo que los tallos se engrosen.

Un tip: atá fuertemente el hilo sobre un soporte fijo y luego hacé otro lazo más suelto sobre la rama. Así dejarás espacio para que circule bien la savia.

+ TIPS POR REGIONES

• Norte + Cercos de jazmín amarillo: Comenzá ahora a cortar los cercos del Jasminum mesnyi, llamado popularmente jazmín amarillo. Controlándolo desde ahora y con continuidad, podrás mantenerlo espléndido, cortando siempre ramas finas. De esta forma, será más fácil limitar su exuberante crecimiento.
• Centro + La huerta se despereza: Ya es tiempo de sembrar berenjenas, pimientos y tomates a resguardo de las heladas, para que en un mes estén listas las plantas para pasarlas a un lugar definitivo de la huerta. Si lo hacés ahora, disfrutarás de una producción de deliciosos frutos tempranamente.
• Patagonia + Tutor para tulipanes: Las fresias y narcisos ya están en plena floración, y en unos días también disfrutaremos al ver cómo se abren los tulipanes. Pero cuidado, a esta últimas plantas conviene colocarles un tutor, pues sus flores son pesadas y con el viento podrían quebrarse.

CARTAS DE LECTORES

Marisa de Serodino, de Santa Fe, tiene un roble de treinta años que registra unas manchas blancas en hojas y tronco. Consulta si se trata de un hongo y cómo tratarlo.

Marisa, estás en lo cierto. Por lo que veo en la foto, se trata de un hongo llamado oídium. Podés controlarlo con dos productos orgánicos. Para el primer preparado, dejá reposar durante quince días unos diez claveles del aire en 10 litros de agua, y con ese purín previamente filtrado (así no tapa los filtros de la fumigadora) mojá bien las hojas. Al día siguiente, cortá 200g de Equisetum (cola de caballo) y dejalos reposar quince días en 10 litros de agua; el último día colá el preparado y fumigá la planta mojando bien sus hojas. Este fungicida natural corta el ciclo reproductivo de los hongos y no es peligroso para el ser humano. Repetí en dos oportunidades cada preparado. Este tratamiento de cuatro fumigaciones combinadas se debe realizar en agosto-septiembre y nuevamente en marzo-abril del próximo año.

Silvina Páez, de San Juan, consulta por una planta de pomelo que desde hace cuatro años se está secando. Probó con varios remedios que le vendieron pero está peor. Ahora se contagió el limonero de al lado.

Silvina, podría tratarse de la enfermedad llamada “tristeza de los citrus”; si es ese el caso, tu árbol no podrá recuperarse. Para confirmarlo, te sugiero verificar que en el tallo o las ramas tenga como costillas verticales con depresiones intermedias, como si fuera una chapa acanalada, además de puntos deprimidos como los que tenemos los humanos en el ombligo. Este es el síntoma fundamental de esta enfermedad viral. Te recomiendo sacar fotos nítidas y llevarlas a la agencia INTA más cercana: allí podrán hacer un diagnóstico más preciso viendo los tallos en dichas imágenes.

Adriana, de Rosario, consulta qué puede estar pasándole a su duranta (envía fotos) a la que se le queman la punta y el borde de las hojas.

Adriana, por lo que veo en la fotografía no se trata de ninguna enfermedad. Ese tipo de quemaduras se produce cuando hay tóxicos en el riego o en el suelo: podría tratarse de aguas saladas, restos de hipoclorito del lavado de pisos, o bien, de un animal que esté orinando sobre ella. Por último, también te cuento que un exceso de fertilizante mal aplicado también podría generar estas quemaduras.

María Alejandra, de Santa Fe, tiene un guayabo que creció espontáneo en un montecito de la quinta. No ha dado flores ni frutos, pero se lo ve muy saludable. ¿Necesitará una pareja, como los paltos?

María Alejandra, en este caso no necesita pareja, pues es una planta que produce y acepta su propio polen para fecundarse. Solo requiere tiempo: el guayabo produce sus primeros frutos después de ocho o nueve años de nacidos, siempre que tengan al menos medio día de sol.

*Especialista en Jardinería orgánica de revista Rumbos. Contenido exclusivo.