Te levantás con el cuello duro, los hombros contracturados o la espalda tirante. No hiciste ejercicio, pero el cuerpo duele. Según la psicología, la salud y la ciencia, el estrés no solo afecta la mente: también se manifiesta físicamente, muchas veces sin que lo notes hasta que tu cuerpo habla por vos.
Estás trabajando y, de repente, un dolor punzante en la nuca. O te vas a dormir y notás que tenés la mandíbula apretada, los puños cerrados o la espalda tensa. No te diste cuenta cuándo empezó, pero ahí está. Dolores sin causa aparente que se acumulan, se arrastran y se normalizan.
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Qué significa que te duela el cuerpo cuando estás estresado, según la psicología
Esto le ocurre a más personas de las que se piensa. En la vida cotidiana, muchas señales del cuerpo se atribuyen a malos movimientos, mala postura o cansancio, pero lo cierto es que el estrés acumulado puede ser el origen invisible de gran parte de estas molestias. Y lo más curioso es que muchas veces ni siquiera sentimos que estamos estresados… hasta que el cuerpo nos lo grita.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 77% de los adultos ha experimentado alguna vez síntomas físicos vinculados al estrés emocional, aunque no lo reconozcan de inmediato.
Qué dice la psicología sobre el estrés físico
Desde la perspectiva de la psicología, el dolor corporal vinculado al estrés se conoce como somatización. Esto ocurre cuando una emoción no expresada encuentra su salida a través del cuerpo. No es inventado, no es “psicológico” en el mal sentido: es una manifestación real del sistema nervioso frente a la sobrecarga emocional.
El doctor Bessel van der Kolk, autor del libro El cuerpo lleva la cuenta, explica que el cuerpo almacena traumas, ansiedades y frustraciones que, si no se expresan, terminan manifestándose como tensión muscular crónica, dolores de cabeza, contracturas o incluso problemas digestivos.
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Qué significa que te duela el cuerpo cuando estás estresado, según la psicología
También se ha comprobado que las emociones como la culpa, la angustia o la presión constante pueden generar una hiperactivación del sistema nervioso simpático, el que prepara al cuerpo para “luchar o huir”. Si esa activación no se disipa, el cuerpo se queda en estado de alerta permanente… y se agota.
Qué dice la ciencia sobre el estrés y el dolor
La ciencia médica ha respaldado esta conexión. Estudios del Harvard Medical School demuestran que el estrés sostenido libera grandes cantidades de cortisol, una hormona que, en exceso, inflama tejidos, afecta los músculos y altera el sueño, generando una espiral de malestar físico.
Desde la mirada de la salud, médicos clínicos ya consideran las consultas por dolores “sin explicación” como parte de cuadros de estrés somático. No es raro ver contracturas crónicas que no mejoran con masajes ni fisioterapia, simplemente porque el origen no es físico: está en la mente y en las emociones no procesadas.
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Qué significa que te duela el cuerpo cuando estás estresado, según la psicología
Aprender a reconocer estas señales es el primer paso. Porque aunque el estrés sea parte de la vida, no debería ser parte del dolor constante. Y a veces, más que una pastilla, lo que el cuerpo necesita es que escuchemos lo que nos está queriendo decir.