Dormir es una necesidad biológica esencial que impacta en la psicología, la salud, la ciencia, el sueño y el descanso. Sin embargo, no solo el número de horas que dormimos importa: la forma en que dormimos puede hablar de nuestra personalidad, nuestros estados emocionales y hasta de cómo enfrentamos la vida diaria, según diversos expertos y estudios recientes.
Los especialistas señalan que el cuerpo no miente mientras dormimos. Al relajarse, revela aspectos de nuestra personalidad que solemos ocultar cuando estamos despiertos. Dormir de lado, boca arriba o acurrucado no solo afecta la calidad del descanso, sino que también refleja patrones de conducta, rasgos de carácter y niveles de confianza o ansiedad.
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La psicología, la salud, la ciencia, el sueño y el descanso revelan tu mundo interior.
Investigaciones publicadas en revistas de ciencia del sueño y psicología del comportamiento han identificado seis posturas principales: fetal, tronco, soldado, caída libre, estrella de mar y el durmiente libre. Cada una parece correlacionar con una manera de interactuar con el entorno. Por ejemplo, quienes duermen en posición fetal suelen ser sensibles y protectores, mientras que los que duermen boca arriba tienden a tener alta autoestima y control emocional.
Estos hallazgos fueron respaldados por investigaciones del Sleep Assessment and Advisory Service y la National Sleep Foundation, que analizaron los hábitos de más de mil participantes en distintos países. Además, estudios del Journal of Sleep Research y la Asociación Americana de Psicología coincidieron en que las posturas corporales al dormir reflejan patrones emocionales estables, reforzando la conexión entre comportamiento, descanso y salud mental.
Lo que la psicología revela detrás del descanso
Recién en los últimos años, la psicología del sueño comenzó a analizar con mayor profundidad cómo los hábitos nocturnos reflejan el mundo interior de cada persona. Según un estudio del Sleep Assessment and Advisory Service del Reino Unido, las posturas de descanso podrían indicar cómo procesamos el estrés o la vulnerabilidad emocional.
Los expertos explican que quienes duermen boca abajo, con los brazos extendidos, suelen ser personas abiertas, impulsivas y activas, aunque con cierta dificultad para aceptar críticas. En cambio, los que duermen en posición de tronco, con el cuerpo recto de lado, tienden a ser sociales, confiables y relajados.
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La psicología, la salud, la ciencia, el sueño y el descanso revelan tu mundo interior.
Además, dormir con los brazos extendidos o abrazando una almohada suele estar asociado a necesidad de contención emocional, mientras que mantener una postura rígida puede revelar dificultades para soltar el control incluso durante el descanso.
Más allá del significado: salud y bienestar
Más allá de lo que refleja la psicología, los expertos en salud y descanso coinciden en que la postura al dormir influye directamente en el bienestar físico. Dormir boca abajo, por ejemplo, puede generar presión sobre la columna y afectar la respiración, mientras que hacerlo de lado —especialmente del izquierdo— mejora la digestión y la circulación, según investigaciones de la ciencia médica del sueño.
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La psicología, la salud, la ciencia, el sueño y el descanso revelan tu mundo interior.
Dormir bien no solo restaura el cuerpo: regula las emociones, mejora la concentración y fortalece el sistema inmune. Por eso, entender nuestras posturas y hábitos nocturnos puede ser una puerta hacia una vida más equilibrada y consciente. Al final, el cuerpo habla incluso cuando la mente descansa, y la forma en que dormimos puede ser el espejo más honesto de nuestra personalidad.