El auge de las excursiones extremas por un día gana popularidad, sobre todo en Europa y generó intriga entre los amantes del turismo aventura.
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Para algunos fanáticos de los viajes no se necesita demasiado tiempopara realizar un viaje. Una nueva forma de moverse toma fuerza y es conocida como "extreme day trips" o viajes de un solo día. Estos aventureros intrépidos de 24 horas comparten grupos en las redes sociales, con miles de miembros que comparten sus experiencias de estos viajes relámpago.
En "Excursiones extremas de un día: una guía práctica para aprovechar al máximo una excursión de un día al extranjero o una estancia de una noche en Europa", de la autora Sarah Deeks (disponible en Amazon), plantea que la falta de dinero y tiempo no tienen por qué ser un impedimento para disfrutar de un viaje al extranjero.
En el caso concreto de Europa, explica a través de sus páginas, estos microviajes "son una especie de vacaciones condensadas" con la sensación de emoción antes de explorar un nuevo lugar y disfrutar lo mejor que ofrece, sin incurrir en los altos costos de un alojamiento, por ejemplo.
"Cualquiera que viva cerca de un aeropuerto internacional o una estación de tren en cualquier lugar de Europa puede sumarse a esta nueva y popular forma de viajar al extranjero", analiza. El libro pretende ser una guía para excursiones de un día al extranjero, con tips para reservar un vuelo económico y diseñar un primer viaje fugaz.
Entre las desventajas del fenómeno, algunos observadores consideran que el impacto en la economía local es limitado, porque precisamente estos viajeros evitan gastos en alojamiento y comidas. Por otra parte, el impacto ambiental de estas prácticas no es menor, ya que el uso de vuelos de bajo costo, es altamente contaminante.
Para contrarrestar los vuelos de bajo costo, algunos gobiernos están tomando medidas. En 2024, Venecia implementó una tarifa de entrada de cinco euros para los visitantes de un día, en jornadas de alta afluencia. En Bélgica, la reciente introducción de impuestos a los pasajes de avión oscilan entre 2,40 y 10 euros, y son otro intento por limitar la proliferación de estas prácticas.