Las latas de durazno, ananá, choclo o cualquier conserva grande suelen terminar en el tacho de basura apenas se vacían. Sin embargo, estos envases son muy nobles y se pueden reciclar para convertirlas en objetos prácticos, resistentes y hasta decorativos.
Estas latas se pueden convertir en recipientes para velas de citronela para el exterior, una alternativa casera que ayuda a ahuyentar mosquitos y suma un toque cálido a balcones, galerías y patios.
Al ser de un material firme, soportan bien el calor y permiten jugar con colores, texturas y diseños. El resultado final es una vela robusta, ideal para noches al aire libre, reuniones familiares o simplemente para ambientar un espacio exterior con luz suave y un aroma fresco.
A diferencia de lo que muchos creen, hacer una vela casera no tiene misterio. Sólo requiere algunos materiales accesibles, un poco de paciencia y las ganas de probar algo nuevo.
Lo mejor es que cada pieza puede ser única: pintada, forrada, decorada con cuerda o dejada al natural para un estilo más industrial. Lo importante es que la lata esté en buen estado y bien limpia.