En casi todas las cocinas argentinas hay una tabla de madera que se lleva el protagonismo a la hora de cortar pan, verduras, carne o frutas. Con el paso del tiempo, esas tablas acumulan manchas, marcas y olores que parecen imposibles de sacar.
El limón con sal es una de esas soluciones caseras que demuestran que no siempre se necesitan productos industriales para mantener la cocina impecable.
En casi todas las cocinas argentinas hay una tabla de madera que se lleva el protagonismo a la hora de cortar pan, verduras, carne o frutas. Con el paso del tiempo, esas tablas acumulan manchas, marcas y olores que parecen imposibles de sacar.
Incluso, muchas veces -aunque estén limpias- no recuperan el color original y terminan en un rincón del bajo mesada listas para ser reemplazadas. Sin embargo, existe un método sencillo, económico y natural que puede hacer que vuelvan a lucir como nuevas, limpiarlas con limón y sal.
La efectividad de este truco está en la química natural de los ingredientes. El ácido cítrico del limónactúa como desinfectante y blanqueador suave, disolviendo restos de grasa y eliminando bacterias que pueden quedar en la madera. Al mismo tiempo, la sal gruesa, al ser granulada, raspa sin dañar y ayuda a remover la suciedad incrustada en los poros.
Este método no solo mejora el aspecto visual de la tabla, sino que también contribuye a la seguridad alimentaria, ya que reduce la presencia de microorganismos que podrían transmitirse a los alimentos.