5 de octubre de 2025 - 15:25

La polémica guía de Harvard para cortar con la adicción al celular y a las redes sociales

Un método de Harvard propone reducir la dependencia del celular con un plan diseñado para que jóvenes y adultos recuperen el control de su tiempo.

La iniciativa, desarrollada en Harvard, plantea un camino progresivo para disminuir el uso de celulares y redes sociales. Su enfoque ha captado la atención de estudiantes, padres y empresas al proponer una nueva forma de relacionarse con la tecnología y priorizar la salud mental y social.

El crecimiento en la utilización de teléfonos móviles es una tendencia mundial que ha despertado preocupación por la dependencia digital. De acuerdo con el American Addiction Center, en 2024 más de 6.800 millones de personas tenían un smartphone, y el 6,3% mostraba signos de adicción.

El fenómeno se intensificó con el aumento de notificaciones y mensajes: los usuarios reciben un 427% más de alertas y envían un 278% más de mensajes que hace una década.

En este contexto surgió Appstinence, un movimiento liderado por Gabriela Nguyen, estudiante de máster en Política y Análisis de la Educación en Harvard. Criada en Silicon Valley y expuesta a la tecnología desde pequeña, Nguyen creó un protocolo inspirado en los métodos de abstinencia aplicados en el tratamiento de adicciones.

Una joven usando su celular
El enfoque del trabajo realizo por Harvard está en jóvenes usuarios de celulares y redes sociales.

El enfoque del trabajo realizo por Harvard está en jóvenes usuarios de celulares y redes sociales.

La iniciativa de Harvard

El programa, llamado protocolo 5D, propone cinco fases:

  1. Disminuir el uso de aplicaciones del celular
  2. Desactivar cuentas de las redes sociales
  3. Eliminar perfiles de manera definitiva
  4. Pasar a un dispositivo de transición sin internet
  5. Dejar por completo el smartphone.

La estrategia busca interrumpir el ciclo de estímulo y respuesta generado por la hiperconexión. Nguyen relató que sus intentos previos de limitar el uso del celular, como establecer tiempos de pantalla o hacer “desintoxicaciones digitales”, no funcionaron.

La decisión de reemplazar su smartphone por un teléfono básico le permitió recuperar concentración, reforzar vínculos personales y experimentar mayor libertad mental.

El proyecto ya ha despertado interés en distintas universidades y en familias preocupadas por la dependencia digital. En las aulas, los integrantes de Appstinence promueven reducir el uso de dispositivos para mejorar la atención y la interacción. “Es como un entrenamiento: con apoyo y constancia, funciona mejor”, explicó Nguyen.

Un movimiento que trasciende fronteras

La idea de desconexión digital también se replica en otros países. En Países Bajos, por ejemplo, surgió “El Club Offline”, que reúne a personas en bares y cafés para leer, conversar o escuchar música sin celulares.

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