Pelar huevos cocidos puede parecer una tarea sencilla, pero cualquiera que haya terminado con los dedos llenos de restos de cáscara y un huevo completamente magullado sabe que no siempre lo es. Sin embargo, existe un truco casero tan simple como efectivo que logra que la cáscara se desprenda sola del huevo, incluso cuando está recién cocido.
El ingrediente secreto que hace toda la diferencia
El secreto está en un ingrediente que todos tenemos en casa: la sal. Agregar una cucharada de sal al agua de cocción cambia completamente el resultado.
Este sencillo paso no solo evita que las cáscaras se adhieran a la clara, sino que además deja los huevos con una textura más suave y una yema de color más intenso.
Según chefs y especialistas en cocina práctica, la sal eleva ligeramente el punto de ebullición del agua.
Al hacerlo, genera un entorno donde la clara se cocina de forma más uniforme y se separa naturalmente de la membrana interna del huevo, lo que permite que la cáscara se despegue sin esfuerzo.
Cómo aplicar el truco paso a paso
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Prepará los huevos
Colocalos con cuidado en una olla y cubrilos completamente con agua fría. Este paso es fundamental para evitar que se agrieten cuando empiece la cocción.
Agregá sal al agua
Añadí una cucharada de sal por cada litro de agua. Revolvé suavemente para que se disuelva antes de encender el fuego.
Cociná a temperatura moderada
Llevá la olla a hervor. Una vez que el agua empiece a burbujear, bajá la intensidad del fuego y dejá cocinar los huevos entre 8 y 10 minutos, según el punto que prefieras.
Enfriá con agua helada
Retirá los huevos del agua caliente y pasalos directamente a un recipiente con agua fría o con hielo. Este choque térmico es clave para que la cáscara se separe aún más fácilmente.
Pelá sin esfuerzo
Golpeá suavemente cada huevo sobre una superficie dura, hacé rodar la cáscara con la palma de la mano y verás cómo se desprende sin romper la clara.
Un truco que también mejora el sabor del huevo
Además de facilitar el pelado, este método mantiene las claras más tiernas y las yemas cremosas.
Si querés intensificar el sabor, podés añadir una pizca de vinagre blanco al agua junto con la sal: ayudará a sellar las pequeñas grietas que puedan formarse durante la cocción.
Con este truco, preparar huevos duros deja de ser una tarea engorrosa. Solo necesitás sal, agua y unos minutos de paciencia, y tus huevos quedarán perfectos, listos para ensaladas, desayunos o snacks saludables.