Mantener la limpieza de la mesada no solo aporta orden y armonía visual en la cocina, también es clave para reducir la presencia de virus y bacterias en los alimentos. Sin embargo, no todos los materiales requieren el mismo tratamiento: mármol, granito y acero inoxidable tienen características que determinan cómo deben limpiarse y pulirse para conservar su brillo y durabilidad.
El mármol se distingue por su elegancia, pero es sensible a manchas y rayaduras. Para limpiarlo, primero se deben retirar restos de comida con un paño suave.
- Las manchas recientes de vino, café o aceite se eliminan con una mezcla de detergente neutro y agua tibia aplicada con un paño.
- Es importante enjuagar con agua limpia para evitar residuos. Para mantener el brillo, se aconseja usar productos específicos para mármol. En cuanto al pulido casero, se puede aplicar una mezcla de agua con bicarbonato de sodio, dejar actuar y retirar con un paño húmedo.
- Reglas básicas: evitar esponjas de acero, no usar productos abrasivos y siempre probar cualquier método en una zona poco visible.
Granito
El granito es uno de los materiales más resistentes, pero también necesita cuidados. No debe rasparse con esponjas, ya que suele tener una capa protectora que podría dañarse. Para la limpieza diaria se recomiendan paños suaves y productos específicos para granito.
- Las manchas se eliminan con una mezcla de agua y detergente neutro. Para superficies más viejas, una combinación de bicarbonato, jugo de limón y agua puede ayudar a recuperar el aspecto original, aunque siempre debe probarse primero en un área pequeña.
- Para el pulido casero, se puede usar una mezcla de agua, vinagre blanco y una cucharada de vaselina aplicada con paño suave y enjuagada después de unos minutos.
Acero inoxidable
El acero inoxidable aporta brillo y es habitual en cocinas profesionales y domésticas. Su limpieza requiere suavidad para evitar rayaduras. Se recomienda retirar restos con un paño humedecido en agua caliente.
- Para manchas puntuales, agua con detergente es suficiente.
- Para devolverle el brillo se pueden usar productos específicos para acero inoxidable o, de manera casera, aplicar una solución de agua con limón o vinagre, dejar actuar y retirar con un paño húmedo, finalizando con papel absorbente para evitar vetas. Si se busca además desinfección, conviene aplicar productos antibacteriales, siempre con un paño suave.