Este proceso puede ser de gran ayuda para ahorrar tiempo y dinero durante la limpieza de tu casa.
Esta fórmula casera elimina la grasa al instante.
Foto:
WEBLos azulejos son uno de los revestimientos más utilizados tanto en el baño como la cocina. Sin embargo, aunque ofrecen ventajas notables, no están exentos de un problema inevitable: la suciedad que se acumula con el tiempo. Frente a esta situación, existe un truco de limpieza muy sencillo, económico y efectivo que permite devolverles su brillo.
- Una esponja, preferentemente de superficie suave para no dañar los azulejos.
- Un paño seco o apenas humedecido, que servirá para la etapa final.
- Bicarbonato de sodio o, en su defecto, vinagre blanco común.
- Agua, tanto fría para preparar mezclas como caliente para el enjuague final.
- En un recipiente, colocar dos cucharadas de bicarbonato de sodio y añadir agua poco a poco hasta obtener una pasta de consistencia firme, ni demasiado líquida ni demasiado dura.
- Aplicar esa pasta sobre los azulejos, especialmente en las áreas con manchas visibles, grasa acumulada o presencia de moho. Dejar actuar durante al menos una hora, tiempo suficiente para que los componentes del bicarbonato neutralicen la suciedad.
- Una vez transcurrido ese lapso, frotar suavemente con una esponja para desprender restos de suciedad o pasar un paño seco o levemente humedecido para retirar la mezcla.
- Preparar una segunda solución: en un recipiente, combinar un cuarto de taza de vinagre blanco con dos tazas de agua. Esta mezcla refuerza la acción del bicarbonato, potencia la desinfección y ayuda a disolver la grasa más persistente.
- Aplicar esta preparación con la esponja sobre la superficie de los azulejos y dejar actuar alrededor de 10 minutos.
- Enjuagar con abundante agua caliente, que colabora en el desprendimiento final de suciedad y elimina posibles restos de la mezcla anterior. Pasar un trapo húmedo para asegurar la limpieza pareja en toda la superficie.
- Secar con un paño limpio y seco, lo que no solo aporta brillo sino que también evita la formación de nuevas manchas por la humedad residual.
- No daña el material de los azulejos ni sus uniones, siempre que se respeten las proporciones y tiempos de aplicación.
- Permite ahorrar tiempo, ya que combina limpieza profunda, desinfección y brillo en un solo procedimiento.
Este truco casero demuestra que con recursos simples y una aplicación correcta se puede mantener la higiene y la apariencia de los azulejos sin grandes esfuerzos ni gastos innecesarios. Su combinación de efectividad, seguridad y practicidad lo convierte en un aliado indispensable para quienes buscan un hogar limpio y reluciente.