Aunque muchos lo asocian con el ocio de las personas mayores, esta es una de las actividades físicas más completas para la salud, en lo físico y en lo mental.
El golf es una de las prácticas menos valoradas cuando se habla de actividad física, a pesar de sus múltiples beneficios. Aunque su imagen sigue ligada a un deporte de élite o de adultos mayores, sus efectos positivos sobre la salud están ampliamente respaldados por estudios y por especialistas en medicina y ejercicio.
El médico francés Jimmy Mohamed fue claro: “Contrariamente a la creencia popular, el golf es una actividad física completa”. Esta disciplina, aunque tranquila a simple vista, demanda resistencia, movilidad, fuerza muscular y capacidad de concentración.
Jugar un recorrido estándar de 18 hoyos equivale a caminar entre 8 y 10 kilómetros, lo que representa aproximadamente 10.000 pasos. Según Mohamed, esa distancia es “el equivalente a 4 horas de caminata” y supera ampliamente las recomendaciones mínimas para la salud cardiovascular.
Lejos de ser un juego pasivo, el golf activa varios grupos musculares. Cada movimiento exige coordinación y fuerza, especialmente en la zona abdominal, la espalda, los hombros y las piernas. Como explicó el especialista, trabajar estas zonas permite “menos lesiones y menos lumbalgias”.
Además de lo físico, el golf también fortalece la salud mental. Al desarrollarse al aire libre y en entornos naturales, ofrece un contexto ideal para reducir el estrés. “Estás en la naturaleza, expuesto a la luz solar, lo que te permite resincronizar tu reloj biológico durante el día, estar de mejor humor y, por la noche, dormir mejor”, detalló Mohamed.
Otra ventaja que pocos consideran es el ambiente sereno que rodea a esta actividad. En palabras del médico: “No hay ruido, el silencio es tan agradable. Incluso se puede oír el canto de los pájaros”. Ese componente sensorial colabora directamente con el bienestar emocional.
El costo suele ser un obstáculo para quienes evalúan iniciarse en este deporte tradicional. Sin embargo, Mohamed plantea una comparación que sorprende: “Una membresía de golf anual cuesta menos que fumar un paquete de cigarrillos al día”. En ese sentido, puede verse como una inversión en salud más que como un lujo.
Este deporte no exige una condición física sobresaliente para empezar. Su ritmo permite que personas de distintas edades se incorporen sin dificultad, y su práctica continua ofrece una mejora progresiva en la movilidad, la postura y la tonicidad muscular.