En el mundo de las recetas caseras, hay preparaciones que sorprenden por lo fáciles y ricas. Este dulce de leche sin azúcar es una de ellas. Con solo dos ingredientes básicos, se puede lograr una comida dulce y cremosa, perfecta para acompañar unas tostadas, frutas o incluso para comer a cucharadas.
Ingredientes que lleva esta receta sin azúcar
No se necesita leche condensada ni largas horas de cocción. Esta versión lleva únicamente crema de leche y xilitol, un edulcorante natural que se consigue en dietéticas y supermercados. El resultado es un dulce suave, brillante y con una textura muy parecida al dulce tradicional.
Paso a paso: cómo hacer dulce de leche casero sin azúcar
Esta preparación no requiere horno ni licuadora, aunque puede usarse una batidora al final para mejorar la textura. Solo hay que tener algo de paciencia y prestar atención al fuego.
- En una olla de fondo grueso, colocar la crema y el xilitol.
- Revolver con cuchara de madera o silicona hasta que el edulcorante se disuelva bien.
- Llevar a fuego medio y seguir mezclando sin parar, para evitar que se queme.
- A partir de los 10 minutos, la mezcla empieza a espesar.
- Si se busca una consistencia más firme, se puede cocinar hasta 20 minutos a fuego bajo.
- Una vez que se ve dorada y espesa, apagar el fuego.
- Esperar a que enfríe unos minutos y batir con batidora durante 20 segundos.
- Guardar en frasco de vidrio limpio. Si se quiere más denso, refrigerar por al menos 2 horas.
¿Por qué esta receta es más saludable?
A diferencia del dulce clásico, que lleva mucha azúcar refinada, esta opción es baja en índice glucémico, lo que la hace más apta para personas con diabetes o que quieren reducir los azúcares simples. Además, la crema aporta grasas saludables y una buena dosis de energía natural.
Es ideal para untar en pan integral, rellenar una tarta saludable, acompañar con banana o simplemente comer con una cucharita. También puede mezclarse con yogur natural o usarse como topping en panqueques.
¿Cuánto dura y cómo se conserva?
Se guarda en heladera, en frasco tapado, hasta 7 días. Conviene consumirlo frío para que mantenga la textura firme. No es necesario congelarlo, ya que su preparación es rápida y puede repetirse cada semana.