El aumento de las temperaturas durante el verano modifica las condiciones habituales para la práctica de actividad física y obliga a reorganizar las rutinas de entrenamiento. El calor intenso y la humedad elevan el riesgo de deshidratación, fatiga y golpes de calor, por lo que elegir el momento adecuado del día se vuelve determinante para entrenar con seguridad.
Este elemento es una alternativa ideal para quienes buscan mantenerse en forma sin depender del gimnasio.
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En este contexto, los horarios recomendados para hacer ejercicio se concentran en las primeras horas de la mañana o después de la puesta del sol, cuando la temperatura desciende y el organismo responde mejor al esfuerzo.
Ejercicio cardio
El entrenamiento de fuerza y cardio se pueden complementar.
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El horario que deberías evitar
Las franjas comprendidas entre las 11 y las 17 concentran el mayor nivel de radiación solar y calor ambiental. Entrenar durante ese período puede resultar peligroso incluso para personas habituadas al ejercicio. La exposición directa al sol sumada a la exigencia física incrementa las probabilidades de mareos, calambres, descompensaciones y cuadros de agotamiento, sobre todo cuando la actividad se realiza al aire libre y sin ventilación adecuada.
Ejercicio
Esta serie de ejercicios son las que ayudan a tonificar músculos.
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Entrenar en la mañana o la tarde-noche
Antes de las 10 de la mañana se registran temperaturas más bajas y una mejor tolerancia al esfuerzo, lo que permite sostener la intensidad del entrenamiento sin un impacto negativo sobre el rendimiento. Luego de las 18, la radiación solar disminuye y el cuerpo logra recuperarse con mayor rapidez, convirtiendo a la tarde-noche en otra franja favorable para la práctica deportiva.
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Además de respetar estos horarios, se recomienda hidratarse de forma constante, utilizar ropa liviana y transpirable, buscar espacios con sombra o buena ventilación y prestar atención a las señales del cuerpo. Estos cuidados permiten entrenar durante el verano de manera saludable, reduciendo riesgos y manteniendo la regularidad en la actividad física.