Las jirafas, esos majestuosos animales reconocidos por su altura imponente y su distintivo pelaje manchado, han sido objeto de fascinación durante años. Tradicionalmente, las manchas en su lomo se han interpretado como una herramienta de camuflaje, ayudando a estas criaturas a mezclarse con su entorno y evadir a los depredadores.
Sin embargo, estudios recientes e investigaciones citadas por New Scientist sugieren que hay más en juego de lo que parece a simple vista, con una conexión sorprendente entre el tamaño y la forma de las manchas y la capacidad de las jirafas para sobrevivir en temperaturas extremas.
Jirafa
Esta es la verdadera función de las manchas de las jirafas.
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En una investigación encabezada por Alexia Mouchet y su equipo en la Universidad de Zúrich se estudió a 810 jirafas Masai en el ecosistema de Tarangire, Tanzania, entre 2012 y 2020. El estudio analizó cómo las variaciones en los patrones de manchas influían en las tasas de supervivencia.
Las crías con manchas más grandes y redondas presentaban mayores probabilidades de sobrevivir durante los primeros meses de vida. Esta forma de patrón les permitía mimetizarse mejor con los juegos de luz y sombra que generan los arbustos y árboles, reforzando su camuflaje natural.
Además, una investigación previa publicada en PeerJ demostró que las características de las manchas son hereditarias y están vinculadas a la supervivencia neonatal. En ese estudio, que analizó 258 crías, se halló que el tamaño y la forma irregular de las manchas se asocian positivamente con tasas de supervivencia en ambientes naturales
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Esta es la verdadera función de las manchas de las jirafas.
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Los hallazgos más intrigantes revelaron que las manchas también influyen en cómo las jirafas manejan las fluctuaciones de temperatura. Durante épocas de temperaturas inusualmente altas o bajas, los patrones de manchas jugaron un papel fundamental en el manejo térmico de los individuos.
- En climas fríos, los machos adultos con manchas más grandes y oscuras tendían a sobrevivir mejor, ya que estas zonas absorben mayor radiación solar, ayudando a conservar el calor corporal.
- En cambio, en ambientes calurosos, las manchas más pequeñas y claras ofrecían una ventaja, al reflejar mejor la luz y facilitar la disipación del exceso de calor, reduciendo el riesgo de hipertermia.