El limonero es uno de los árboles más agradecidos en los jardines argentinos porque no solo regala sombra y perfume con sus flores, sino que también nos brinda un fruto indispensable en la cocina de todos los días. Sin embargo, para que produzca abundantes limones sanos y de buen tamaño, no alcanza con regarlo o fertilizarlo, podarlo bien es fundamental.
Saber cuándo y cómo podar el limonero marca la diferencia entre un árbol lleno de frutos y uno que apenas florece. Lejos de ser una tarea complicada, requiere observar el ciclo de la planta y animarse a darle forma sin miedo.
La poda no es solo una cuestión estética. Al cortar ramas de manera estratégica, se logra que el árbol concentre su energía en producir flores y frutos en lugar de sostener un follaje excesivo. Además, permite que la luz solar y el aire lleguen al interior de la copa, reduciendo la aparición de plagas y enfermedades.
Otro beneficio es que ayuda a controlar el tamaño del árbol, algo fundamental si está en un jardín pequeño o en maceta. Un limonero bien podado no solo se ve más saludable, sino que también aprovecha mejor los nutrientes del suelo.
Cuál es la mejor época para podar
El momento ideal para podar un limonero en Argentina es a fines del invierno o comienzos de la primavera, justo antes de que comience la etapa de crecimiento más fuerte. En ese período, el árbol se encuentra en reposo relativo y todavía no está gastando energía en flores o frutos, por lo que la poda no lo debilita.
Al podar en esta época, se estimula la aparición de brotes jóvenes que florecerán durante la primavera y, en consecuencia, aumentará la cantidad de limones hacia el verano y otoño.
En el caso de árboles muy frondosos o descuidados, también se puede realizar una poda ligera a mediados del verano, pero siempre evitando cortar en exceso para no frenar la producción de frutos en curso.
Cómo podar paso a paso
- Revisar el árbol: antes de empezar, conviene observar qué ramas están secas, dañadas o enfermas. Esas deben ser las primeras en salir.
- Eliminar los chupones, ramas delgadas que crecen verticalmente desde la base o el tronco principal y que consumen energía sin dar frutos.
- Abrir la copa: la idea es que la luz entre de manera pareja. Para eso, se eliminan ramas que se cruzan o que crecen hacia el interior.
- Regular la altura: si el árbol crece demasiado, se pueden recortar las ramas superiores para facilitar futuras cosechas.
- Cortar siempre en diagonal: los cortes deben hacerse cerca de una yema o rama lateral, en ángulo, para que el agua no se acumule y evitar la entrada de hongos.
- Es importante utilizar tijeras o sierras limpias y afiladas para no dañar el árbol.
Cuánto podar
La regla de oro es no quitar más del 30% del follaje en una sola temporada. Una poda demasiado agresiva puede debilitar al limonero y retrasar la producción de frutos. Es mejor realizar podas ligeras y frecuentes que una intervención drástica cada muchos años.
Después de la poda, el árbol necesita recuperarse y para ayudarlo:
- Aplicar un riego profundo pero sin encharcar.
- Incorporar un fertilizante rico en potasio y fósforo.
- Vigilar la aparición de plagas, ya que las ramas tiernas suelen atraer insectos.