Los anteojos son un accesorio esencial para millones de personas, pero también uno de los más expuestos a la suciedad. Huellas, polvo, gotas de lluvia o maquillaje suelen acumularse en los cristales, afectando la visión y dañando los tratamientos antirreflejo.
Limpiarlos con la remera o un pañuelo de papel puede parecer rápido, pero según la Asociación Americana de Optometría (2024) es la principal causa de rayas en los lentes.
Beneficios de limpiarlos correctamente
Mantener los anteojos limpios mejora la visión, prolonga la vida útil de los cristales y reduce la fatiga visual. Además, una limpieza adecuada ayuda a prevenir infecciones oculares al eliminar bacterias que se acumulan en las superficies.
Con agua tibia, jabón neutro y un paño de microfibra, los anteojos quedan impecables en pocos minutos. Un método simple, económico y seguro que preserva los tratamientos y garantiza una visión clara todos los días.