Cada vez más personas eligen las leches vegetales como alternativa a la leche tradicional. Son fáciles de hacer, más livianas para la digestión y se adaptan a dietas veganas, sin lactosa o sin gluten. Además, su preparación casera permite controlar los ingredientes y evitar conservantes o azúcares añadidos.
Ingredientes para hacer leche vegetal casera
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1 taza de frutos secos, semillas o cereales (puede ser almendras, avena o maní).
4 tazas de agua filtrada o mineral.
Con esta base podés preparar diferentes versiones: leche de almendras, leche de avena, leche de maní o incluso combinarlas entre sí.
Paso a paso para preparar leche vegetal
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Remojar los frutos secos o cereales en agua durante al menos 8 horas (o toda la noche). Esto ayuda a ablandarlos y facilita el licuado.
Escurrir y enjuagar bien antes de licuar.
Colocar en una licuadora junto con las 4 tazas de agua filtrada.
Licuar durante 1 o 2 minutos, hasta que la mezcla quede cremosa.
Colar usando una tela vegetal o un filtro fino, presionando bien para extraer todo el líquido.
Guardar la leche en una botella de vidrio en la heladera por hasta 3 días.
El residuo que queda en la tela (conocido como okara) se puede aprovechar para preparar galletitas, panqueques o panes caseros, evitando desperdicios.
Consejos para una leche vegetal perfecta
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Si querés una textura más espesa, usá menos agua (3 tazas en lugar de 4).
Para saborizar, podés añadir esencia de vainilla, una pizca de canela o una cucharadita de miel.
La leche de avena tiende a espesar si se calienta; en cambio, la de almendras y la de maní son más estables para usar en café o té.
Beneficios de preparar tu propia leche vegetal
Además de ser una opción saludable y económica, las leches vegetales aportan vitaminas, minerales y grasas buenas, dependiendo del ingrediente base.
Son perfectas para usar en licuados, café, recetas de repostería o directamente para acompañar el desayuno.