Una de cada tres personas cree que el voto “no sirve como factor de cambio”

En la última década, aproximadamente un tercio de los ciudadanos demostró desconfianza en la utilidad del voto, según un relevamiento del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.

Una de cada tres personas cree, desde la última década, que el voto “no sirve como factor de cambio”. - Foto: Archivo/ Los Andes
Una de cada tres personas cree, desde la última década, que el voto “no sirve como factor de cambio”. - Foto: Archivo/ Los Andes

En plena campaña electoral de cara a las PASO del 12 de septiembre se conoció un dato revelador: una de cada tres personas cree, desde la última década, que el voto “no sirve como factor de cambio”, según un relevamiento del Observatorio de la Deuda Social de la UCA (Universidad Católica Argentina).

El documento estadístico, denominado “Privaciones estructurales en el desarrollo humano. Argentina urbana 2010-2020 bajo el escenario Covid-19” fue dado a conocer este jueves y, entre otras variables, analiza las percepciones ciudadanas sobre la democracia y la confianza en las instituciones.

La UCA detectó que aproximadamente un tercio de las personas mayores de 18 años declararon, año a año, que el voto no sirve como factor de cambio. El déficit se mantuvo estable a lo largo de la última década, con el nivel más alto en 2010 (34,9%), y el más bajo, en 2011 (29%). En 2020 la incidencia fue del 30,8%.

Según este estudio, “la serie muestra que el déficit se intensificaba entre las personas en condición de pobreza por ingresos respecto a las personas no pobres”. En otras palabras: los grupos más vulnerables exhibieron, desde 2010 a esta parte, un descreimiento mayor sobre la herramienta del sufragio, llegando a cerca del 32% en el último año.

Otro dato significativo tiene que ver con la clasificación etaria: en 2020 el déficit más alto se detectó en los grupos de edad extremos, es decir, entre las personas de 18 a 34 años (32,9%) y mayores de 75 años (33,8%). En personas de entre 35 y 59 años, el índice fue del 29,8%, y entre las de 60 y 74 años, del 27,2%.

El mismo año, los residentes en zonas urbanas del interior (como Mar del Plata, San Rafael y Gran Paraná) mostraron más desencanto con la utilidad del voto (35,2%) respecto de los residentes en la Ciudad de Buenos Aires (29,5%), el Conurbano bonaerense (28,6%) y otras áreas metropolitanas (32,9%).

La confianza en las instituciones durante la pandemia

La UCA también reveló, en otro apartado del documento, que la confianza en el Gobierno Nacional logró en el primer año de la pandemia el nivel más alto de la última década (49,5%) y se intensificó entre los segmentos sociales más vulnerables, llegando al 62,2% entre los trabajadores marginales y al 60,4% entre las personas pobres.

En cuanto a la Justicia, la confianza siempre se mantuvo en niveles mucho más bajos, aunque en 2020 se alcanzó el pico de los últimos cinco años (14,8%). El grado de credulidad también fue mayor entre los grupos de bajo nivel socio-económico.

Los encuestados también demostraron poca preferencia por un gobierno con “un fuerte poder presidencial” (12,3%) en comparación a 2010, cuando el nivel fue del 18,7%. Este indicador registró vaivenes a lo largo de la década, pero siempre con índices más altos en personas pobres y trabajadores marginales.

La Iglesia, en tanto, es la institución que mantuvo el mejor desempeño en la serie histórica en cuanto a la confianza ciudadana, llegando en 2015 a nada menos que el 65%. En 2020 se comprobó que la confianza es diez puntos porcentuales más alta en mujeres que en hombres, y que a mayor edad, mayor nivel de credulidad.

Por último, se midió el nivel de confianza en los empresarios en los últimos tres años: en 2018 fue del 9,3%; en 2019, del 11,8%; y en 2020, del 15%.

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