El mendocino Ramón puede ser clave en la expropiación de Vicentin

El diputado nacional de Protectora lidera un interbloque de ocho legisladores provinciales, “los ramones”, que suelen votar junto al kirchnerismo. Él ya manifestó su apoyo a la medida del Gobierno nacional.

José Luis Ramón
José Luis Ramón

José Luis Ramón lidera un interbloque de ocho diputados nacionales, incluido él mismo, que ayudan al Gobierno a sancionar leyes. En Juntos por el Cambio (JPC) lo llaman socarronamente “la segunda marca de Sergio Massa”, presidente de la Cámara Baja.

Pero el legislador nacional mendocino se defiende y asegura que se trata de un interbloque de diputados que están afuera de la grieta y que ante cada tema velan por los intereses de sus provincias.

El apoyo de su espacio, Unidad Federal para el Desarrollo (UFD), podría volver a ser clave en los próximos días cuando se debata la ley de expropiación del Grupo Vicentin, si finalmente el gobierno de Alberto Fernández avanza con el proyecto tras las negociaciones abiertas con los directivos de la compañía santafesina.

Ramón mantiene un enfrentamiento con JPC, que lo acusó de comportarse de manera viboreante porque presentó un proyecto de derogación de los superpoderes para Santiago Cafiero pero en una sesión virtual realizada en mayo, votó en contra de la incorporación al temario de ese DNU.

La última semana, Ramón -que mantiene una pelea personal contra el presidente de la UCR, el también diputado mendocino Alfredo Cornejo-, volvió a cargar contra JPC por oponerse a la expropiación de Vicentin. “Han resuelto defender intereses económicos de una empresa que tiene abandonados a más de 7.000 trabajadores y a no menos de 2.600 productores con cheques que no han podido cobrar”, dijo sobre JPC.

El líder de Protectora evitó anticipar el voto de UFD sobre la cuestión Vicentin y dijo que están “a la expectativa”. Aunque la decisión ya asoma, más clara que el agua.

La avenida del medio

En el Senado, esa ley se aprueba sin problemas, porque el Frente de Todos (FDT) tiene mayoría propia. Pero en Diputados el bloque que conduce Máximo Kirchner no la tiene y, por lo tanto, necesita sí o sí de la oposición.

Como JPC se opone a casi todo y los dos trotskistas, Nicolás del Caño y Romina Del Pla, votan cada tema según su doctrina, el FDT suele ser acompañado con firmeza por la neuquina Alma Sapag, del monobloque Movimiento Popular Neuquino (MPN).

Y negocia con otros dos interbloques para conseguir los diez apoyos que le faltan para lograr el cuórum, que son 129 diputados sentados en sus bancas (ahora, conectados), necesario para que puedan iniciarse las sesiones, y para aprobar leyes.

Uno de estos interbloques, es UFD, más conocido como “los ramones”, porque lo lidera Ramón. Está compuesto por cuatro bloques: Unidad y Equidad Federal, que también preside e integra Ramón con el santacruceño Antonio Carambia y el bonaerense Pablo Ansaloni, quienes se fueron de Cambiemos tras la derrota de Mauricio Macri.

Lo abandonaron junto con la tucumana Beatriz Ávila, que también integra el interbloque de los ramones con su propio monobloque, Partido de la Justicia Social. Los tres juran que son opositores.

A estos cuatro diputados se les suman Luis Di Giacomo, con su monobloque Juntos Somos Ríos Negro, y los tres misioneros del bloque Frente de la Concordia, Flavia Morales, Diego Horacio Sartori y Ricardo Wellbach.

Misiones, Río Negro y Neuquén son provincias cuyas administraciones dependen de la relación institucional y política con la Casa Rosada para no sufrir problemas de caja.

Los ocho ramones votan de manera uniforme y casi siempre a favor de las iniciativas del oficialismo y del gobierno de Alberto Fernández.

El otro interbloque

Eso no ocurre con Federal, el interbloque de 11 diputados que también está por fuera de la grieta y que conforman cinco bloques que votan de manera dispar. Es decir que no funcionan técnicamente como interbloque, porque nunca hay una postura unificada sobre temas conflictivos.

Los cinco bloques de Federal son Córdoba Federal, que integran los cuatro schiaretttistas, Carlos Gutiérrez, Alejandra Vigo, Paulo Cassinerio y Claudia Márquez; Consenso Federal (lavagnismo), que componen Graciela Camaño, Alejandro “Topo” Rodríguez y Jorge Sarghini; Justicialista, que integran Eduardo “Bali” Bucca y Andrés Zottos, y los monobloques santafesinos Partido Socialista, de Enrique Estévez, y Frente Progresista, de Luis Contigiani.

Federal es un espacio heterogéneo pero cercano al peronismo y el sentido de sus votos se vincula, en general, con la situación que atraviesen las relaciones políticas y personales de sus integrantes con el poder.

Las sesiones a distancia vienen teniendo una altísima participación: claro, la mayoría de los diputados están en sus provincias como consecuencia de la emergencia sanitaria y no les quedan excusas para faltar a los debates, de los que participan sin tener que viajar y con solo conectarse desde sus computadoras a una sala de chat y al sistema para votar.

Es decir que si estuvieran los 256 diputados presentes (no se cuenta al oficialista José de Mendiguren, que pidió licencia para asumir como presidente del banco público BICE), al FDT, descontando que tendrá a Sapag de su lado y a JPC en contra, le faltarían 10 apoyos para sancionar la expropiación de Vicentin.

Entre los ramones y los federales suman 19 eventuales aliados.

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