Perpetua para el asesino del hacha de Uspallata: comió un asado con sus amigos y los mató

Fernando Figueroa recibió la pena máxima en un juicio abreviado, tras declarse culpable. En 2021 ultimó alevosamente a Adela Raquel Rodríguez (46) y Cristian Fernando Ivars (45).

Adela Rodríguez y Cristian Ivars fueron atacados a golpes en la ruta 7
Adela Rodríguez y Cristian Ivars fueron atacados a golpes en la ruta 7

La justicia condenó a prisión perpetua a un hombre que asesinó a una pareja en Uspallata de forma alevosa: los investigadores determinaron que usó un hacha para llevar adelante el doble homicidio.

Esta mañana el juez Horacio Cadile fijo pena máxima para Fernando Ariel Figueroa (45) por un doble crimen: la muerte de Adela Raquel Rodríguez (46) y Cristian Fernando Ivars (45), dos amigos con los que había compartido, previamente, un asado en la montaña, en abril de 2021.

Figueroa se declaró culpable durante un juicio abreviado que fue pautado entre la instructora del caso, la fiscal de Homicidios Andrea Lazo y el abogado defensor del acusado. El caso se cerró con la caratula de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por dos hechos, en concurso real con amenazadas agravadas por el uso de armas”.

Asado, alcohol, discusión y un ataque brutal

El 15 de abril de 2021 Figueroa y su pareja fueron a comer un asado a Uspallata con una pareja amiga: de Adela Rodríguez (46) y Cristian Ivars. Comieron a placer y bebieron en exceso y, por la madrugada de siguiente día, decidieron volver a la Ciudad.

Las dos parejas se subieron al Renault Scenic de Figueroa y comenzaron a bajar por la ruta 7. El exceso de velocidad y la temeraria forma de manejar del conductor produjo las quejas de las víctimas. Entonces se inició una discusión que terminó cuando el conductor se detuvo y ordenó a la pareja que descendiera del vehículo.

Luego, inesperadamente, los atropelló la altura del kilómetro 1.125 de la ruta internacional 7. Y cuando parecía que allí podía terminar todo, ya que el agresor había avanzado varios metros con el rodado, regresó y otra vez arremetió contra las víctimas. Las golpeó con un hacha en varias oportunidades para asegurarse que murieran.

Alrededor de las 7 un camionero que acababa de pasar el túnel 3 se encontró con Ivars y Rodríguez tendidos en el asfalto. Llamó al 911 y los médicos que arribaron constataron que la mujer estaba muerta y el hombre aún con vida, trataba de explicar lo que había pasado.

El caso empezó a encaminarse horas después, cuando la Policía encontró al Figueroa y a su mujer en Uspallata, frente al barrio Las Bóvedas. El auto estaba chocado, el parabrisas roto y en el baúl tenían el hacha y utensilios de asado. Ella se quebró ante los efectivos y contó todo lo sucedido. Los investigadores determinaron que la mujer fue testigo y no tuvo intervención. Cuatro días después Ivars perdió la vida en el hospital Central por los golpes recibidos.

Los investigadores determinaron que en la mecánica del suceso el asesino se aprovechó de la indefensión de quienes estaban tirados en el piso, lo que le vale la nueva calificación.

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