Cacho Garay se grabó cantando y tocando la guitarra: “Esta humillación que estoy padeciendo”

El video salió a la luz después de recibir la prisión domiciliaria. El humorista le agradece a Dios por haberse llevado a su padre, a quien dedica la canción “Es el amigo que hoy necesito”.

Cacho Garay se grabó cantando y tocando la guitarra: “Esta humillación que estoy padeciendo”
Cacho Garay canta y toca la guitarra: el video con el que rompió el silencio

Tras recibir la prisión domiciliaria, salió a la luz un video del humorista Cacho Garay donde, tras interpretar una canción, acompañándose de una guitarra, le envía un mensaje a su padre fallecido, haciendo referencia a sus días de encierro en la cárcel de San Felipe.

Tal como publicó el periodista Juan Etchegoyen en Radio Mitre, el mendocino canta “Es el amigo que hoy necesito”, un tema que compuso José Ángel Trelles y que se popularizó, en los años setenta del siglo pasado, cuando era cantante del gran Astor Piazzolla. La composición fue versionada luego por grandes cantantes como Roberto Goyeneche, por ejemplo.

“Dios, Señor, nunca me imaginé que iba a agradecerte que te hayas llevado a mi viejo para que no tuviera que vivir esta humillación que estoy padeciendo”, dijo Garay al final de su canto, por lo que se puede interpretar que las imágenes corresponden al último festejo del Día de Padre.

Es decir que se hizo antes del martes pasado, cuando Garay dejó de estar encarcelado, luego de que el juez Federico Martínez ordenara que el comediante continúe imputado por una batería de delitos, entre ellos abuso sexual agravado, pero con el beneficio de la prisión domiciliaria, tras pagar una fianza de $5 millones.

Esta es la letra de “Es el amigo que hoy necesito”

“Él pintaba paredes que otros lucían/ Él pintaba la cuna en que yo dormía. /Y cantaba bajito acariciando. /Valsecitos, milongas y algunos tangos. /Él cantaba bajito acariciando.

Él mateaba debajo del limonero/ Los domingos de julio, de abril o enero /Y miraba la vida desde su hombría /Y enseñaba a vivirla con valentía. Él miraba la vida desde su hombría.

Él hablaba el idioma de la ternura /Con muy pocas palabras y mil dulzuras /Y quería las cosas que yo quería /Mis amigos, mi canto, mi rebeldía. Él quería mi canto, mi rebeldía.

Él se fue una mañana de abril y soles / Rodeado de parientes y algunas flores /Mi abrazo que era suyo quedó solito. /Mi viejo es el amigo que hoy necesito”.

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