Así fue el rescate del niño que cayó a un pozo en Guaymallén: ¿qué responsabilidades podrían tener los constructores del barrio privado?

El hoyo no tenía una tapa de acero o cemento como establece el reglamento. Minuto a minuto, cómo fue el salvataje del Grupo GER. El padre del chico tuvo un ataque de pánico cuando estaba en el fondo. Las fajas de clausura municipal no tiene sellos ni firmas.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

La Fiscalía de Homicidios sigue investigando cómo se produjo el miércoles pasado la muerte del niño Erick Mamaní (6) y, hasta ahora, todos los elementos hacen presumir que se trató de un accidente por lo que es probable que en los próximos días pueda haber alguna imputación por homicidio culposo, aunque no se descarta que pueda llegarse a un homicidio culposo con dolo eventual, delito que tiene penas de hasta 6 años de cárcel.

Para ello la Unidad Fiscal de Homicidios deberá establecer quién o quiénes fueron los adultos que podrían ser responsables de la muerte de Erick Mamaní. En principio, el padre del niño es una de los, al menos, 30 empleados de la colectividad boliviana que estaban construyendo los 200 departamentos de lujo, algunos a punto de ser terminados.

Que la obra no tuviera las habilitaciones pertinentes, según dicen desde la Municipalidad de Guaymallén, nada tiene que ver con la investigación del fiscal Carlos Torres y lo cierto es que la Dirección de Obras Privadas clausuró el lugar cerca de las 22 del miércoles, es decir, tres horas después del accidente, con unas fajas de papel que no tenían hasta el día siguiente ni sellos ni firmas por lo que, legalmente, es una acción que no tiene ningún valor. Por no hablar de que ni siquiera bloquean la puerta de ingreso, es decir, que podría abrirse la puerta sin dañar las fajas, según se puede ver en las imágenes registradas por el fotógrafo de Los Andes.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

En todo caso, que los dueños del predio –la constructora Idandi S.A., de los hermanos de origen boliviano Florentino Daniel Paco y Onofrio Paco- no tuvieran las habilitaciones pertinentes, en nada afecta su situación penal aunque pueden complicarlos si los padres les inician una demanda civil.

En principio, todo hace pensar que se trató de una muerte accidental cuya responsabilidad podría recaer en los padres del menor o bien en sus empleadores. Los primeros, por haber llevado al niño a un lugar donde no vivía. Según lo que pudo recabar la Policía, no había niños ni mujeres en el lugar, sólo 30 obreros que, según los vecinos, trabajan noche y día, a juzgar por los ruidos, ya que no se ve hacia afuera. El predio tiene un paredón perimetral de 3 metros de alto.

¿Por qué los padres llevaron a Erick a ese lugar, dejando a sus hermanitos en su casa de El Bermejo? Es una pregunta que por estas horas los padres ya deben haber respondido.

En cuanto a los dueños del lugar, deberán explicar por qué un pozo de agua, heredado de los antiguos dueños de la bodega que antes ocupaba el predio, no tenía las medidas de seguridad que se exigen para este tipo de construcción, y si alguna vez la Municipalidad les exigió cumplir con estas medidas.

Esta presunta negligencia podría llevar a que el fiscal Torres pueda caratular el caso como homicidio culposo con dolo eventual, es decir que los dueños de lugar se tendrían que haber representado que podría haber caído un niño y perder la vida en un lugar donde trabajan adultos y no infantes. Así las cosas, no es la imputación más probable aunque la investigación está abierta y la presión mediática es fuerte.

Así se produjo el accidente

Según detalló una fuente que trabajó en el lugar del hecho, así fue como se produjo el accidente donde perdió la vida el pequeño Erick. A las 19.10 ingresó un llamado al 911 denunciando que en un barrio privado en construcción, ubicado en Urquiza al 700, una de las zonas residenciales más caras de Guaymallén donde hay varios barrios VIP, se había caído una nena en un pozo séptico.

Cerca del lugar había un móvil policial que llegó rápidamente porque estaba trabajando en la zona. Los policías reportaron que se trataba de un niño de 6 años y que su padre se había arrojado en un intento de salvarlo.

En el lugar, a esa hora había unos 30 obreros trabajando, no había niños ni mujeres, a excepción de Erick y su mamá que tienen domicilio en un barrio de El Bermejo, al igual que el padre y otros hijos de la pareja que no estaban en el lugar.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Lo cierto es que la madre del niño explicó a los policías que ella había ido a buscar agua a una canilla y vio que su hijo jugando en un lugar ubicado a unos 50 metros de los lujosos departamentos del lugar. También explicó que se había caído en un espacio que se abrió entre la tapa y un caño de metal.

Después se supo que era un pozo de agua de 60 metros de profundidad que está seco y que fue realizado por una bodega que antes ocupada el predio en 1976. Se trata de un agujero de un metro de diámetro que tiene en el centro un caño petrolero de 10 centímetros de diámetro por donde alguna vez salió agua.

El pozo se encontraba tapado toscamente con una maderas, cuando según el reglamento vigente debería haber tenido una tapa de hierro o bien una malla de hormigón, además de un cerco perimetral de 3 por 3 metros cerrado con candado.

Lo cierto es que la madre, al ver que la tarima había cedido y que su hijo se había caído, fue a avisarle a su marido que, junto a unos 20 obreros, se acercaron al pozo. Los hombres buscaron una soga de unos 25 metros, sujetaron al padre y lo bajaron.

Bajó sosteniéndose del caño hasta donde la soga lo permitió. Entonces le pidió a los compañeros que lo soltaran. Siguió bajando con la espalda a la pared y con las manos y pies sujetos al caño. Cuando sintió la voz del pequeño, se soltó y cayó. Se cree que se precipitó unos 5 metros, hasta llegar al fondo. Según el padre, en ese momento el pequeño, que estaba vestido sólo con un pantalón corto y zapatillas, tenía pulso y su cuerpo mantenía temperatura normal.

Así fue el operativo del grupo especial GER

Habían pasado unos 25 minutos de llamado al 911 y la Policía inició un operativo de rescate dirigido por comisario general Pablo Domínguez, jefe de la Distrital 6 (Guaymallén, Las Heras y Lavalle), un funcionario policial con amplia experiencia en estas tareas ya que durante varios años fue jefe de Bomberos.

Hasta el lugar llegaron unos 15 bomberos, todos especializados en salvamentos y que forman parte de Grupo Especial de Rescate (GER), bomberos de la Policía de Mendoza y de los grupos especiales de los bomberos voluntarios de Guaymallén y Godoy Cruz, además de una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC).

Entre todos los rescatistas conectaron un reflector y armaron un trípode sobre el pozo y, con la ayuda de dos cuerdas y poleas, bajaron a un bombero del GER, el auxiliar segundo Eduardo Díaz.

El hombre bajó los 30 metros que los obreros habían calculado y luego se tuvo que añadir otros 30 metros de cuerda, por lo que se determinó que el pozo tenía 60 metros. Así el rescatista pudo llegar al fondo que estaba seco pero con escombros que habían caído durante los últimos años.

El predio donde murió Erick Mamaní se encuentra clausurado.
El predio donde murió Erick Mamaní se encuentra clausurado.

La situación que encontró Díaz fue compleja porque el padre del niño había sufrido un ataque de pánico: quería subirse e intentaba escalar las paredes del pozo. El bombero tuvo que estabilizarlo para luego poder subir al niño. Lo alzó, puso la cabeza sobre su pecho y dio la orden de que lo subieran. Sus compañeros desde arriba lo subieron “a mano” ya que no se usan motores porque es importante escuchar lo que está pasando.

Ni bien sacaron a Erick, un médico del SEC lo abordó pero minutos más tarde estableció que el pequeño había fallecido. A simple vista no presentaba heridas pero su cuerpo y cabeza estaban cubiertos de tierra.

Antes de las 21, los bomberos ya habían sacado también al padre y comenzaron a realizar las pericias correspondientes al rescate, en tanto que personal de Policía Científica realizó las pericias para establecer la mecánica del accidente.

El padre fue llevado a un hospital porque tenía algunas herida leves. “Antes de irse, el hombre se lamentaba porque no sabía cómo le iba a contar a los hermanitos del niño y quería que le entregaran el cuerpo para velarlo. También llegaron al lugar tres mujeres y varios niños que eran parientes del menor”, explicó una fuente consultada por Los Andes.

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