El parte de cosecha de la semana 24 del INV dejó varias sorpresas. Finalmente se conoció que Argentina terminó levantando más de 19 millones de quintales, en una vendimia que se acerca mucho más al promedio de los últimos años, pero que definitivamente se aleja de las catastróficas como la de 2023, consecuencia de las heladas.
El Instituto Nacional de Vitivinicultura había anunciado en febrero en su pronóstico para ese año, una cosecha de 17,9 millones de quintales, lo que representaba un aumento del 24% en comparación con el año anterior, cuando se cosecharon 14,5 millones de quintales. En particular, la provincia de Mendoza también esperaba una mejora en su producción, con una proyección de 11,9 millones de quintales, un aumento del 28% respecto al año anterior.
Según este pronóstico, se esperaba que Salta aumentara su cosecha en un 6% respecto al año anterior, Catamarca en un 19%, La Rioja en un 9%, y San Juan en un 16%, alcanzando así una producción de 4,7 millones de quintales para esta última provincia vecina. Vale aclarar que la estimación siempre admite un error del 5%.
Mendoza terminó alcanzando los 13,9 millones de quintales, casi dos millones más que los pronosticados, y los viñedos de esta provincia se convirtieron en la revelación.
Ahora la gran pregunta que se hacen en el sector es qué pasará en el mercado interno y si esta cosecha un poco por encima de lo esperado tendrá algún tipo de expectativa sobre los precios, las importaciones y las ventas.
Tal como ya se publicó en el primer trimestre del año, la comercialización en el mercado interno cayó 4,6%. El segmento más afectado fue el de la botella en todos sus calibres y la performance del tetra brik sorprendió manteniéndose en los mismos niveles del año pasado.
Resta preguntarse, con una cosecha superior a la estimada, ¿será necesario importar volumen con la excusa de un faltante o la variable precio será la que terminará ajustando el mercado?
Lo cierto es que la estimación sorprendió por su ajuste hacia arriba. Es evidente que algo no fue bien sopesado durante el estudio, pero también fue evidente que nadie se quejó del pronóstico de cosecha, ni esperaba un número como el que terminó saliendo
