12 de octubre de 2025 - 00:15

Milei en Mendoza y la idea de volver al futuro

Con la idea de “no aflojar” Milei enfatizó en el microcentro, en medio de un caótico tumulto, como quien se sabe el pilar de una construcción que sin la mística del pasado reciente y las angustias de la vida diaria está tentado a ceder y desmoronar todo.

Sin mayores contratiempos ni disturbios, la visita de Javier Milei dejó poca novedad en lo estrictamente político, pero sí la contundente confirmación del vínculo aquí sellado entre La Libertad Avanza (LLA) y Cambia Mendoza (CM). Un dato no menor en vista a la sucesión de traspiés del oficialismo nacional que abren interrogantes sobre su sostenibilidad; pero también, de la bola de nieve del escándalo de José Luis Espert con el ahora en proceso de extradición Fred Machado, acusado de narcotráfico y lavado de dinero en los Estados Unidos.

Tal seguidilla de revelaciones, cada cual más grave, sumergieron a los libertarios en el desánimo sobre el rumbo de la campaña electoral, pues no logra dejar atrás ese daño político, ni la turbulencia financiera que obligó al Banco Central a una sangría de dólares para sostener el tipo de cambio y evitar que su precio se dispare antes del 26 de octubre.

Como contrapartida, el aterrizaje del presidente a Mendoza fue simultáneo con el cierre de las negociaciones en Washington del equipo económico con el ministro de Economía Luis Caputo al frente y la oficialización de lo que hasta el momento habían sido sólo mensajes en las redes sociales: el Tesoro estadounidense dispondrá de 20 mil millones de dólares para apoyar a la Argentina . Y como en una serie distópica de Netflix, ¡salió a comprar pesos en el mercado argentino!

Lo cierto es que ya en la provincia, el riesgo era que esas más que alentadoras perspectivas macroeconómicas de estabilización (o salvataje, dirán sus críticos) no debían chocar con lo que parece ser no sólo una carencia presidencial, sino también una prioridad opositora: complicar la calle, y en especial, cuando Milei pone un pie en campaña por alguna localidad del país.

Anillos, confusiones y guiños

Habrá que decir entonces que, salvo pequeñas escaramuzas entre manifestantes diversos y militantes libertarios, casi nada de eso pasó. Quien quiso manifestar su desagrado con Milei pudo hacerlo, quien eligió saludarlo o darle su apoyo, también. Parte de la oposición local evaluó que el dispositivo de anillos de seguridad, en especial en San Rafael fue exagerado, y es probable que así fuera. Pero quitando los nombres propios, si lo que está en juego es la integridad del presidente, ninguna medida dentro de las atribuciones de la ley para los organismos y fuerzas intervinientes puede ser poca.

Más allá de eso, y quitando el anecdótico blooper de la confusión del mandatario cuando se dirigió a los presentes del almuerzo de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael, dando a entender que estaba en el Valle de Uco, Milei vino a remarcar su escasa batería argumental sobre la importancia que este momento tiene para su gobierno y también para la elección en 15 días.

Luego de halagar los paisajes y la impronta de la actividad vitivinícola, arremetió con un juego de guiños hacia Alfredo Cornejo, casi con la explícita intención de dejar de manifiesto la sintonía entre ambos que no es precisamente el vínculo que abunda con el resto de los gobernadores, pero que pretende ser el umbral a alcanzar en el escenario post-electoral. No sólo por necesidad de sobrevivencia y resistencia en el Congreso a los embates kirchneristas, sino también porque así lo aconseja tanto el Tesoro de EE.UU. como el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando hace hincapié en generar las condiciones de gobernabilidad que hagan posible el éxito del plan económico.

Obviamente, Milei no se privó de cuestionar al “populismo”, aunque tal vez no advierta que muchos de sus modos, y lo que es peor aún, de sus decisiones políticas (como el bizarro acto con el que abrió la semana en el Movistar Arena de Buenos Aires) bien podrían encajar en la lógica del demonizado populismo. ¿O hay acaso populismos virtuosos?

Cuadro de honor

Poner de ejemplo a Mendoza de lo que pretende conseguir la Nación bajo la administración mileísta fue tal vez la mejor medalla que el cornejismo pudo haberse traído desde San Rafael. Precisamente, ese ha sido el eje narrativo de Cornejo incluso antes de la firma de la alianza electoral, machacando que las tareas de recomposición del Estado que lleva adelante Milei son muy similares a las que debió hacer el gobernador al asumir en la Provincia en 2015. Algo así como poner en pie de igualdad, extrapolando por sus resultados, a Francisco Pérez con Alberto Fernández. Volver al futuro.

En esa línea, el Presidente no dejó de destacar la trascendencia del sector privado, uno de los clásicos de sus presentaciones que -ante un auditorio principalmente compuesto de empresarios- resonó con las esperanzas que estas mismas palabras generaban en 2023. El problema, en todo caso y como siempre suele suceder, es el paso del tiempo.

Las promesas de reforma tributaria y laboral son también parte de los hits del Presidente que sin embargo nunca logra explicar (más allá del diletante Consejo de Mayo) cómo conseguirá los consensos necesarios cuando desde la cima del poder se denosta y agrede con regularidad a quienes piensan distinto y que, en definitiva, son a los que hay que convencer del proyecto superador. El teórico economista que describe el modelo ideal pero no tiene idea de cómo hacerlo realidad.

¡Suéltame, futuro!

Más allá de alguna referencia a la seguridad y la defensa de la propiedad privada, Milei no se privó de dejar en claro que en el camino de las reformas pro-mercado “Mendoza aparece como el futuro que queremos construir ”. Una definición fuerte que al margen de la coincidencia política es un elogio no habitual para un distrito, que proviene además de quien no suele abundar en ese tipo de ponderaciones.

Pero también un pedido de comprensión hacia aquellos que lo tildan de cruel por el rigor del ajuste. “He venido a hacer el bien y no a parecer bueno…” deslizó, para asegurar -ya en clave netamente electoral- que “también estamos cerca de tirar a la basura todo lo que hemos logrado”.

La idea de “no aflojar” la repitió más tarde en el microcentro en medio de un caótico tumulto, y ya la había pronunciado antes en otros ámbitos, como quien se sabe el pilar de una construcción que sin la mística del pasado reciente y las angustias de la vida diaria está tentado a ceder y desmoronar todo.

Las expresiones mayoritarias de apoyo y el numeroso acompañamiento en la Ciudad pueden ser interpretadas como la respuesta a esa arenga presidencial, pero también algún alivio para Cornejo por haber acertado el camino del acuerdo aún con el desgaste de este tiempo. En dos semanas se sabrá.

* El autor es periodista y profesor universitario.

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