15 de septiembre de 2025 - 15:00

Mendoza, una tierra de oportunidades que necesita visión compartida

La clave está en animarnos a pensar Mendoza no solo como la provincia que recibe turistas o exporta vino, sino como una tierra de innovación y sostenibilidad, donde cada joven pueda proyectar su vida sin tener que irse, y donde cada empresa encuentre un lugar para crecer con un sistema impositivo más simple, previsible y justo.

Mendoza está en un momento bisagra. Venimos de años de debates sobre cómo crecer, hacia dónde orientar la economía, qué hacer con nuestra matriz productiva. Pero hoy, más que nunca, necesitamos algo fundamental: mirar hacia adelante con decisión y construir una visión compartida de futuro.

Los mendocinos tenemos ventajas que pocos territorios poseen: sol que puede potenciar energías renovables, tradición agroindustrial que nos conecta con el mundo, universidades que forman talento de calidad, un ecosistema emprendedor que sigue apostando incluso en contextos difíciles, además de recursos estratégicos como la minería responsable, el petróleo como parte de la identidad productiva de nuestra provincia y la oportunidad que presenta la porción de Vaca Muerta en Mendoza para explotación no convencional.

Sin embargo, el desafío no es solo aprovechar lo que ya tenemos. El verdadero reto es construir puentes entre sectores: que la educación dialogue con el trabajo, que la innovación llegue a las pymes, que la sostenibilidad deje de ser un discurso y se transforme en una política concreta.

Eso requiere un nuevo tipo de liderazgo, más abierto, menos centrado en las individualidades y más enfocado en el trabajo colectivo y articulado. Porque los grandes cambios no los hace una sola persona ni un solo sector: se construyen entre el Estado, el sector privado, la academia y la comunidad.

La clave está en animarnos a pensar Mendoza no solo como la provincia que recibe turistas o exporta vino, sino como una tierra de innovación y sostenibilida d, donde cada joven pueda proyectar su vida sin tener que irse, y donde cada empresa encuentre un lugar para crecer con un sistema impositivo más simple, previsible y justo.

El futuro no se improvisa. Se diseña. Y la mejor forma de hacerlo es animándonos a sentarnos en la misma mesa, con agendas distintas, pero con un propósito común: que Mendoza tenga más oportunidades para todos.

* La autora es directora Ejecutiva de la Fundación ADN.

LAS MAS LEIDAS