Disruptivo

Eran parte de la casta política que jugaban con el hambre de la gente, se ensañaban con los más pobres y los obligaban a hacer cosas denigrantes, como llevar a sus hijos pequeños a las marchas piqueteras, o concurrir a un acto político estuvieran de acuerdo o no con quién lo propiciaba.

Disruptivo
Eduardo Belliboni, cuestionado líder piquetero.

Si buscamos en el diccionario qué significa la palabra del título de esta nota, nos encontramos con que es algo que rompe o que rompe con alguna cosa o situación con brusquedad. Por ejemplo, una tecnología disruptiva transforma por completo una solución y la reemplaza porque tiene atributos superiores que permiten abrir nuevas posibilidades. Podemos citar como algunas tecnologías disruptivas de la historia: el automóvil o la televisión.

¿Qué es ser una persona disruptiva? Es aquel que posee la habilidad de analizar y procesar información de manera no convencional y original, utilizando su intuición, perspectiva y conciencia emocional para generar nuevas ideas, soluciones y perspectivas que rompen con los modelos tradicionales y establecidos.

Sin lugar a dudas, el presidente Milei, es una persona disruptiva. Es el político economista, que vio el desastre en el que se debatía nuestro país, luego de muchos años de mala conducción. Y el pueblo percibió ese cambio. Alcanzó a entender que venía un hombre nuevo, con ganas de cambiar las cosas. De romper con todo lo conocido en esos últimos años y proponer una teoría nueva. El atacar a la casta política por un lado y por el otro, achicar un Estado superpoderoso.

En ese ataque a la casta política, comenzaron a aparecer sospechas de lavado de activos, cooperativas sin rendición de cuentas, comedores como epicentro de las extorsiones, etc.

Son algunas de las piezas de un rompecabezas que crece semana a semana. Las maniobras investigadas en la causa penal muestran que todos los acusados cumplían un rol determinado y que se dedicaron sistemáticamente a exigir dinero a los beneficiarios del plan Potenciar Trabajo. Les cobraban la entrega de alimentos que debían ser gratuitos y/o los forzaban a participar de marchas, bajo la amenaza de dar de baja el plan en caso de no hacerlo.

Eran parte de la casta política que jugaban con el hambre de la gente, se ensañaban con los más pobres y los obligaban a hacer cosas denigrantes, como llevar a sus hijos pequeños a las marchas piqueteras, o concurrir a un acto político estuvieran de acuerdo o no con quién lo propiciaba.

El presidente Milei vio todo eso, lo manifestó en su campaña política, y gran parte del pueblo lo entendió, y por eso le dio su voto. Ese voto perdura en la esperanza de que den buenos resultados su lucha contra la inflación, la rebaja de impuestos, un Estado más chico y, sobre todo, el mejoramiento económico del pueblo, tremendamente agobiado.

Esperemos que tenga éxito porque de él, depende que salgamos de una vez por todas, de este encierro en el que nos encontramos.

* El autor es abogado.

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