Agendados

No vemos en el discurso y tampoco en el pensamiento de la dirigencia la voluntad ni la decisión real de que se quieran resolver los problemas de la sociedad.

Imagen ilustrativa / Web
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Actualmente y desde hace tiempo podemos observar que la política nacional es extranjera de la realidad, ya que sus prioridades no se adecuan a las necesidades de las personas ni a su idiosincrasia, es decir, la agenda política es elitista o facciosa.

La agenda política es elitista ya que tiene como único fin el cuidado y la permanencia en el poder de los sectores en pugna, la clase política se cuida a si misma sin importar si sirve al pueblo o no. Ejemplo de ello es la actual reforma judicial que intrínsecamente no busca resolver la vida de las víctimas del crimen, sino busca crear un mega fuero de impunidad para la corrupción política a través de un super e hipertrofiado costo estatal, cero en austeridad y sobriedad.

También es facciosa, ya que busca imponer políticas ideológicas inadecuadas a la idiosincrasia social. Un claro ejemplo de esto es la agenda del aborto legal, proyecto que fracaso en el congreso y tuvo gran rechazo por la mayoría de la sociedad, pero que hoy es vuelto a poner en agenda por la clase política, aquí no hay oposición, sino un abrazo ideológico del elitismo imperante.

Tampoco podemos olvidar acciones más desprogramadas, pero no menos importantes como por ejemplo la liberación masiva de presos con la excusa del Covid-19, siendo parte del menú abolicionista, en contra de la ley y del sentido común ciudadano, estábamos todos en cuarentena y ellos libres.

No vemos en el discurso y tampoco en el pensamiento de la dirigencia la voluntad ni la decisión real de que se quieran resolver los problemas de la sociedad. Nadie habla del 60% de pobreza infantil, de la desnutrición infantil, la inseguridad y el mal funcionamiento de las cárceles, la gran cantidad de impuestos y sobre impuestos, el desempleo, la desorganización del capital con los cierres de empresas como consecuencia, la crisis crónica de subdesarrollo a pesar de nuestra potencialidad y riquezas, la crisis de las economías regionales, la falta de un verdadero federalismo que de oxígeno al desarrollo de las localidades sin depender del centralismo porteño, la impunidad y la corrupción, etc., etc., etc.

La salud, la educación, la economía y la seguridad familiar, hoy no es parte del discurso y de los proyectos trascendentales de la política, se pueden observar si, y vale decirlo, soluciones coyunturales como el IFE, asignaciones familiares, etc., pero que son parte de la estructura de cabotaje de la política que siempre patea hacia adelante los verdaderos problemas de la gente y no los resuelve. Se trabaja en la coyuntura cortoplacista porque es la que reditúa políticamente y no acarrea costos que impidan ganar las elecciones.

Actualmente y desde hace tiempo podemos observar que la política nacional es extranjera de la realidad, ya que sus prioridades no se adecúan a las necesidades de las personas ni a su idiosincrasia, es decir, la agenda política es elitista o facciosa.político. No hay una agenda del pueblo y para el pueblo, por eso la única solución para el país es que los ciudadanos seamos agendados.

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