Horror: la historia de los hermanos que mataron a sangre fría a sus padres para disfrutar de su fortuna

Parecían la familia perfecta, sin embargo no todo era real. Erik y Lyle Menéndez dispararon a quemarropa contra sus progenitores con la intención de quedarse con todo su dinero.

Lyle y Erik Menéndez, tenían 21 y 18 años cuando masacraron a sus padres. / Foto: AP
Lyle y Erik Menéndez, tenían 21 y 18 años cuando masacraron a sus padres. / Foto: AP

José Menéndez, su esposa Marie Louise “Kitty” Anderson y sus hijos Lyle y Erik tenían todo, un excelente pasar económico, trabajos exitosos, prestigio y excelente imagen popular. Una familia perfecta, hasta el año 1989.

El padre de 45 años era un directivo importante de una empresa cinematográfica; la madre había elegido la dedicación plena a su familia; y los hijos, de 18 y 21 años, estaban rodeados de confort y con la posibilidad de cumplir cada uno de los caprichos, según Clarín.

La residencia familiar era una casa de 850 metros cuadrados, la cual anteriormente había pertenecido a Elton John y Prince, además estaba ubicada en un barrio muy cotizado de Beverly Hills.

Lyle y Erik tenían a su disposición un Mercedes Benz descapotable, la posibilidad de asistir a las mejores universidades y de realizar los viajes que quisieran.

La familia perfecta, según sus vecinos de Beverly Hills: José Menéndez, su esposa Marie Louise “Kitty” Anderson y sus hijos Lyle y Erik (ABC)
La familia perfecta, según sus vecinos de Beverly Hills: José Menéndez, su esposa Marie Louise “Kitty” Anderson y sus hijos Lyle y Erik (ABC)

La vida perfecta que cualquiera podría desear. Sin embargo no todo era real. Detrás de tanto brillo y éxito, había otra realidad.

A Lyle lo descubrieron plagiando un examen de la Facultad de Princeton y eso le valió una larga suspensión. Mientras que Erik en 1988 había tenido arrestos por robos menores y las fianzas otorgadas por el padre lo salvaron de estar en prisión.

La noche del domingo 20 de agosto de 1989 todo terminó de colapsar. Según el reporte oficial la familia había salido a navegar en un yatch alquilado. A la vuelta, los padres se dispusieron a mirar la televisión y los jóvenes fueron al cine.

La primera versión de la historia es que a su regreso Lyle y Erik encontraron a José y Kitty desparramados en el piso, sin vida y rodeados de sangre.

Lyle llamó enseguida al 911 y explicó la situación.

Los jóvenes tenían una buena coartada y en un primer momento su relato pareció verídico. La realidad es que tenían todo absolutamente calculado y habían vuelto antes del cine para cumplir con su plan.

En el testimonio completo, dijeron que encontraron las puertas del parque y de la entrada de la casa abiertas. Adentro, en el play room, vieron vajilla con restos de comida y los cuerpos de los padres.

José Menéndez y Kitty sentían que sus hijos podían martarlos: ella dormía con una escopeta al lado de la cama.
José Menéndez y Kitty sentían que sus hijos podían martarlos: ella dormía con una escopeta al lado de la cama.

En principio, nadie sospechó de ellos. A tal punto que la policía no realizó enseguida los test para comprobar si tenían pólvora en las manos.

Se estima que la herencia de los hermanos Menéndez rondaba en una cifra cercana a los 14 millones de dólares los cuales comenzaron a ser derrochados en un circuito de gastos desenfrenados.

En seis meses, desembolsaron aproximadamente un millón de dólares (un número estrafalario para los valores de ese entonces). Un restaurante en funcionamiento, un Porsche, un Rolex ultra premium y el servicio de un entrenador de tenis de alta competición fueron algunas de esas erogaciones.

El cromo de la 'NBA en el que aparecen los hermanos.
El cromo de la 'NBA en el que aparecen los hermanos.

Además, realizaron viajes exóticos y a poco tiempo se mudaron a dos pent houses.

Este nivel de gastos y el escaso interés por conocer la verdad sobre sus padres despertó las sospechas de la justicia. Evidentemente algo había detrás.

Al mismo tiempo, familiares de José declararon que el hombre había comentado de la existencia de un testamento en su computadora. Pero antes de poder acceder a ese documento se supo Lyle lo había borrado por un supuesto error.

También trascendió que Kitty estaba atemorizada por las reacciones de sus hijos.

La revelación no tardó en aparecer y llegó con la confesión del mismo Erik. Al sentirse atormentado, comenzó una terapia y en una de esas sesiones develó el misterio.

La familia perfecta, según sus vecinos de Beverly Hills: José Menéndez, su esposa Marie Louise “Kitty” Anderson y sus hijos Lyle y Erik (ABC)
La familia perfecta, según sus vecinos de Beverly Hills: José Menéndez, su esposa Marie Louise “Kitty” Anderson y sus hijos Lyle y Erik (ABC)

“Nosotros lo hicimos. Nosotros matamos a nuestros padres”, fueron sus escuetas palabras.

Según ellos, estaban seguros de que José quería desheredarlos. Con respecto a Kitty, al ser testigo del primer crimen, también la mataron.

El psicólogo grabó las sesiones. Y, como también fue amenazado, su novia decidió declarar.

En un principio mucha gente descreyó de esta versión. Hasta que en 1992 fueron formalmente acusados por el Gran Jurado de Los Ángeles.

Como defensa, alegaron abusos sexuales por parte del padre. Aunque esto fue desestimado.

El 2 de julio de 1996, el jurado los condenó a perpetua sin posibilidad de libertad condicional (AP).
El 2 de julio de 1996, el jurado los condenó a perpetua sin posibilidad de libertad condicional (AP).

Después de todo el proceso de investigación y juicio los hermanos fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Además, fueron destinados a diferentes penales por los riesgos de fuga.

En abril de 2018, luego de muchos pedidos y casi dos décadas sin verse, fueron ubicados en la misma prisión. Sin compartir celda.

Durante el tiempo separados se escribían cartas y jugaban al ajedrez por esa vía. Según un periodista que cubrió el caso, al verse ambos se pusieron a llorar.

Hoy rondan los 50 años y de acuerdo a los trascendidos siguen extrañando a su madre.

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