Japón conmemoró este miércoles el 80° aniversario del bombardeo atómico sobre Hiroshima con actos oficiales y protestas ciudadanas. Mientras el gobierno reafirmó su postura pacifista, cientos de personas expresaron su rechazo al crecimiento del gasto en defensa y a la alianza militar con Estados Unidos.
La ciudad de Hiroshima fue nuevamente epicentro de la memoria histórica y el reclamo social. En el Parque Conmemorativo de la Paz se llevó a cabo una ceremonia encabezada por el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, y el alcalde de la ciudad, Kazumi Matsui. Ambos recordaron a las víctimas y renovaron el compromiso con los Tres Principios No Nucleares, aunque evitaron referirse al contexto histórico del bombardeo.
Homenaje y tensión ciudadana en Japón
Al mismo tiempo, manifestantes se reunieron en la emblemática Cúpula de la Bomba Atómica portando pancartas con consignas como “Alto a la guerra nuclear” y “La alianza Japón-EE.UU. es una alianza de guerra”. Las protestas comenzaron la noche anterior, y señalaron como alarmante el aumento del presupuesto de defensa y los ejercicios militares conjuntos con Washington.
Hiroshima, agosto de 1945.
En los primeros meses, el bombardeo mató a unas 140.000 personas en Hiroshima.
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Yasuhiro Ikkanda, descendiente de víctimas del bombardeo de hace 80 años y coorganizador de la protesta, criticó el rumbo adoptado por el gobierno: “Estas acciones son una grave desviación de la constitución pacifista. La tragedia de Hiroshima no debe olvidarse”.
La agencia Xinhua destacó que ni Ishiba ni Matsui mencionaron en sus discursos el rol de Japón en la Segunda Guerra Mundial ni el sufrimiento causado a países vecinos. Según historiadores, durante décadas el país evitó reconocer su papel como potencia agresora, reforzando una narrativa centrada en su victimización tras los bombardeos atómicos de 1945 en Hiroshima y Nagasaki.