16 de mayo de 2025 - 13:17

Científicos hacen un gigantesco descubrimiento de 18.000 años de antigüedad en las oscuras profundidades del Mar del Norte

Arqueología. Un equipo de científicos británicos hizo un descubrimiento de huellas gigantes dejadas por icebergs en el fondo del Mar del Norte.

Un nuevo descubrimiento arqueológico en el fondo del Mar del Norte, liderado por científicos británicos, reveló huellas gigantes de antigüedad causadas por icebergs de tamaño colosal hace 18.000 años. Este hallazgo no solo amplía nuestro conocimiento sobre la arqueología subacuática, sino que también ofrece claves sobre el futuro de la Antártida.

Marcas de hielo milenarias: arqueología en el fondo del mar

Durante la última Edad de Hielo, vastas masas de hielo cubrían no solo a Gran Bretaña y Escandinavia, sino también una porción del Mar del Norte. Lo que hoy está bajo el agua, en aquel entonces era tierra firme o hielo flotante.

Según los estudios, el nivel del mar era mucho más bajo, y enormes icebergs del tamaño de ciudades enteras se desplazaban lentamente por el lecho marino.

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De ese movimiento quedaron marcas profundas, que fueron detectadas gracias a estudios sísmicos realizados originalmente para buscar gas y petróleo.

Lo que encontramos fueron huellas de erosión que se extendían por kilómetros, ocultas bajo capas de lodo marino, formadas por bloques de hielo de hasta 10 kilómetros de ancho”, explicó James Kirkham, uno de los científicos del British Antarctic Survey.

El descubrimiento que conecta la antigüedad con la crisis climática

Las señales encontradas por el equipo británico no sólo son importantes por su antigüedad. Lo verdaderamente revelador es que podrían servir como modelo comparativo para lo que ocurre actualmente en la Antártida.

Los icebergs que dejaron estas huellas se parecen mucho a los que hoy se desprenden de plataformas de hielo antárticas, como el A68a o el A23a”, señalaron los investigadores.

El equipo descubrió que las marcas, originalmente rectas y extensas, se fueron volviendo más angostas y curvas, lo que sugiere que los enormes icebergs se rompían en partes más chicas a medida que avanzaban.

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Este patrón ya se vio en la Antártida en 2002 con la plataforma Larsen B, y más recientemente en 2021 con la ruptura del A68a.

Este tipo de erosión en el fondo marino es una señal clara de desintegración progresiva de las masas de hielo, algo que podría repetirse en la actualidad con consecuencias globales”, advirtieron.

Este descubrimiento arqueológico submarino, publicado en la revista Nature Communications, ofrece más que datos sobre el pasado: funciona como una advertencia del futuro.

Si la historia se repite, el deshielo en la Antártida podría acelerarse, y con ello, el aumento del nivel del mar.

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