La comunidad científica sigue con atención el comportamiento de AR 4079, una gigantesca mancha solar ubicada sobre la línea ecuatorial del Sol y que actualmente apunta directamente hacia la Tierra. Su tamaño impresiona: tiene un diámetro de unos 140.000 kilómetros, más de diez veces el de nuestro planeta. La situación preocupa porque esta región activa podría generar eventos solares extremos, capaces de alterar el equilibrio electromagnético terrestre.
¿Qué es una mancha solar y por qué preocupa la AR 4079?
Según la NASA, una mancha solar es una perturbación magnética en la superficie del Sol. Son zonas más frías que el resto del astro (alrededor de 3.300°C) debido a que el plasma solar afecta las líneas del campo magnético, impidiendo el flujo de calor.
AR 4079
La AR 4079 está clasificada como una mancha solar beta-gamma-delta
La AR 4079 está clasificada como una mancha solar beta-gamma-delta, una de las configuraciones magnéticamente más complejas. Este tipo de región tiene una alta probabilidad de emitir llamaradas solares o eyecciones de masa coronal (EMC), fenómenos capaces de afectar la comunicación satelital, los sistemas de navegación, las redes eléctricas y hasta las transmisiones de radio.
Consecuencias posibles: desde auroras hasta apagones
Las EMC son grandes nubes de partículas cargadas que, si se dirigen a la Tierra, pueden provocar tormentas geomagnéticas. La meteoróloga italiana Margherita Erriu advirtió que si AR 4079 emite una llamarada violenta o una EMC directa, “la Tierra se vería azotada por un viento solar extremadamente intenso”.
Estas tormentas pueden generar auroras boreales o australes fuera de su rango habitual, pero también pueden derivar en interrupciones tecnológicas, apagones masivos y fallas en infraestructuras críticas. La experta de la NASA, Brenda Culbertson, advirtió que la energía de esta región solar es “muy intensa”, y si se produjera una erupción mientras está de cara a la Tierra, el impacto sería directo.
Un fenómeno que recuerda al “Evento Carrington”
La AR 4079 tiene aproximadamente la mitad del tamaño de la mancha que causó el llamado “Evento Carrington” en 1859, considerado la erupción solar más poderosa registrada. Aquel evento causó auroras en los trópicos y provocó fallos en el sistema telegráfico de la época. Aunque no se espera algo de esa magnitud, los especialistas no descartan impactos significativos en caso de una erupción intensa.
Seguimiento constante
El Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA mantiene un monitoreo constante sobre AR 4079. Mientras tanto, los astrónomos recomiendan precaución al observar el Sol, ya que, si bien la mancha puede verse a simple vista, hacerlo sin protección adecuada puede dañar gravemente la vista.
La llegada de esta mancha se da en un contexto particular: el Sol salió recientemente de una fase de baja actividad que duró casi un siglo, y ahora entra en una etapa de alta intensidad solar, lo que podría hacer que fenómenos como este se vuelvan más frecuentes.