9 de mayo de 2025 - 17:45

El Papa León XIV recuperó un estilo clásico que Francisco había dejado de lado

Durante su primera aparición en el balcón, el nuevo pontífice lució los ritos papales que el Papa Francisco no usó durante su etapa.

Luego de la elección del Papa León XIV, la Plaza de San Pedro “tembló” otra vez ante la restauración de la vestimenta papal. Esto forma parte de un mensaje y permite intuir cómo será su pontificado.

Desde que se entonó el “Habemus Papam”, hubo un cambio de atmósfera, de lenguaje visual, de teología encarnada en tela, oro y rito. Esto representa la aparición de la estola, sobre la sotana blanca con la dignidad de los siglos.

También se vio reflejado en la muceta roja, ese pequeño manto de armiño que cubre los hombros y el cíngulo dorado que colgaba de su cuello, un símbolo ancestral de autoridad y de servicio a la vez.

Prevost también llevaba el Anillo del Pescador, otro símbolo de autoridad papal, que completaba su figura como sucesor de Pedro. El nuevo Papa no llegó como un reformador, sino como un heredero. De todos modos, León XIV no lució arrogante en su ornamento. Todo lo contrario, se lo vio conmovido, con los ojos húmedos y la sonrisa temblorosa.

Robert Prevost es el nuevo Papa León XIV

En sus primeras palabras como Papa, saludó a los fieles con un mensaje de paz: "Este es el primer saludo de Cristo resucitado, el buen pastor que dio su vida por el rebaño de Dios", dijo con voz clara, mientras la multitud lo escuchaba en silencio. “La paz sea con ustedes”.

Se trató de un llamado a la paz, humilde y perseverante. Un mensaje de unidad y esperanza en medio de las incertidumbres del mundo actual. En su tono de voz su emoción era notable.

Además, en su discurso León XIV recordó la voz del Papa Francisco y pidió que la luz de su bendición siguiera iluminando a Roma y al mundo. "¡Gracias al Papa Francisco!", exclamó, mientras dirigía una mirada a los fieles y a los cardenales reunidos.

El nuevo Papa, que también lleva la nacionalidad peruana, le dedicó unas palabras a su querida diócesis de Chiclayo. "A mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, un pueblo fiel que ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo" dijo.

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En su intervención, León XIV subrayó la relevancia de una Iglesia sinodal, que avanza unida, sin temor a proclamar el Evangelio, comprometida en tender puentes y en la búsqueda constante de la paz y la justicia.

Desde su identidad agustiniana y su experiencia misionera, resaltó la urgencia de ser una Iglesia cercana a los más necesitados y a quienes padecen, con un corazón siempre abierto y lleno de caridad hacia todos.

"Debemos ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes y el diálogo siempre abiertos a recibir a todos, a todos aquellos que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia", subrayó.

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