Cumbre del Mercosur en Mendoza: la odisea de caminar 15 cuadras para ir al cine

Familias enteras debieron hacer un enorme rodeo sólo para poder ingresar al centro comercial ante el férreo operativo de seguridad.

Con la presencia de todos los presidentes de la región, la de ayer fue la más importante de las tres jornadas de la Cumbre del Mercosur en Mendoza. Y en las calles céntricas e inmediaciones del Hotel Intercontinental (Guaymallén) esto se tradujo en cortes, embotellamientos y caos, una postal que no difirió bastante durante los últimos días aunque sí se intensificó ayer.

En calle Bandera de los Andes (Villa Nueva), la restricción fue total desde el cruce con Sarmiento hacia el este. No sólo había vallas que interrumpían el tránsito vehicular, sino que además personal de la Policía Federal y de Gendarmería le pedía la acreditación a cualquier persona que quisiera traspasar caminando. Y si no estaba acreditado o registrado como vecino del lugar, la respuesta era una sola: regresar por Sarmiento al norte hasta Pedro del Castillo o Godoy Cruz y de allí circular al este hasta Avellaneda para poder regresar a Bandera de los Andes e ingresar por la que alguna vez fue la entrada principal al centro comercial.

Recién después de las 16 la situación se normalizó y, de a poco, los cortes se fueron levantando y el tránsito retomó su ritmo habitual.

Al cine, caminando

“Queremos ir al cine, a pasear al shopping”, explicó un hombre que junto a toda su familia se disponía a cruzar a pie el vallado. “Si no vive acá y no está acreditado, no puede pasar. Si va al Shopping, puede dar toda la vuelta y entrar por Avellaneda”, le explicó el efectivo policial al hombre, mientras los otros 5 miembros de la familia miraban en silencio.  "Es una locura, yo sólo quiero ir al cine”, resumió a regañadientes, ya lejos del uniformado y caminando por Sarmiento hacia el norte para hacer el camino largo. La “locura” a la que se refirió este padre de familia mendocino es la de estar tan cerca de uno de los accesos al shopping- tener que sumar 15 cuadras más a su trayecto peatonal solamente para esparcirse un rato.

Esta fue una de las tantas situaciones que se vivieron ayer en las cuadras aledañas al Intercontinental, hotel que funcionó como el eje de la cumbre. A diferencia de lo ocurrido el miércoles y jueves, durante todo el viernes el ingreso al predio del Mendoza Plaza Shopping por las playas traseras (oeste) estuvo cerrado para cualquier vehículo o persona que no estuviese registrado.

Se quedaron con las ganas

A diferencia de la familia que eligió hacer la vuelta grande para poder ir al cine, un grupo de representantes de la colectividad boliviana no pudo cumplir el objetivo que se había propuesto. Marina Solano (55), Néstor Lenis (45) y Federico Toconas Mamaní (69) llegaron en taxi hasta la esquina de Bandera de los Andes y Sarmiento y allí se bajaron. Llevando banderas de su patria natal y la Wiphala (bandera de los pueblos originarios) bajaron e intentaron acceder a la zona cercada, pero las fuerzas de seguridad no se lo permitieron.

“Quisimos venir a saludar al presidente Evo en representación de la colectividad boliviana de Mendoza. Lo estábamos esperando en el hotel de calle Perú (Diplomatic), pero nos dijeron sobre la hora que no iba a pasar por allí, sino que directamente vendría a la cumbre. Y por eso vinimos aquí, pero nos echaron”, destacó la mujer, quien es parte de la agrupación social Bartolina Sisa.

Además de ellos, varias personas más esperaban a Morales en el hotel céntrico donde aguardaban para saludarlo y entregarle el documento con las conclusiones de la Cumbre de los Pueblos (celebrada en la UNCuyo el jueves). No obstante, la llegada del mandatario boliviano a Mendoza se demoró más de lo previsto, por lo que directamente fue al Intercontinental ni bien pisó suelo mendocino.

“Está todo muy mal organizado, la verdad es que nos sentimos dolidos. Porque lo esperábamos allá (por el centro) y no llegó, y acá nos encontramos con las vallas. Queríamos entregarle coronas y guirnaldas para darle la bienvenida, pero no nos han dejado”, destacaron los referentes.

“Ayer (por el jueves) tuvimos una reunión en el consulado y organizamos todo para la recepción pero no pudo ser. Y ahora llegamos y nos encontramos con amenazas por querer verlo”, resumió Lenis.

Apostillas

La primera dama pidió mate: a primera hora, y mientras el presidente Macri desayunó junto a alguno de sus pares en otra de las suites presidenciales, Juliana pidió que le acercaran un equipo de mate. Más tarde, bajó a desayunar, sola y tranquila, y se mostró, fiel a su estilo, relajada y simpática. Vestida en tonos oscuros, cabello suelto y muy elegante, accedió a fotografiarse con los empleados del hotel y los cautivó con su sencillez y simpatía. Pidió la clave para internet y también hizo uso de los servicios del gimnasio, en la zona del spa. No salió del hotel y  pasó la mayor parte del tiempo en la suite. La noche anterior, al llegar, fue recibida con una delicada bandeja de bombones, un vino El Enemigo y un DV Catena, el favorito del presidente.

Los vip en el almuerzo: Luego de la reunión plenaria y de la foto de familia con todos los presidentes, se sirvió un almuerzo para cien personas que duró algo más de una hora, al que asistieron los mandatarios, cancilleres, ministros, embajadores, el gobernador Alfredo Cornejo  y algunos otros invitados locales como Cobos, Vaquié y Petri. Macri brindó un breve discurso en el que resaltó las bondades del libre comercio y alentó a la región a aprovechar la oportunidad única de conectarse con el mundo para el progreso. Brindó "por la paz, por la democracia y el futuro de todos los argentinos". Como autoridad principal, se sentó en la mesa junto a los otros presidentes.

Cornejo, el mimado de los presidentes: El gobernador recibió uno a uno a todos los mandatarios. De impecable atuendo, ocupó un rol protagónico en esta cumbre. Pudo estar presente en cada una de las reuniones y recibió congratulaciones por su provincia. Macri lo felicitó por "los buenos vinos y toda la hospitalidad". Los presidentes de Paraguay y Uruguay le regalaron un cuadro pequeño en una elegante caja y un juego de tres cubiertos labrados para asado, respectivamente. Michelle Bachelet se animó a confesarle que le encantan nuestros vinos.

Un servicio ajustado en horarios: En el salón Cerros, el almuerzo tuvo un ritmo inusual. A contra reloj debió cumplir con un estricto horario que implicó acelerar el servicio. La comida fue un menú 100% argentino, que incluyó truchas, verdes orgánicos, lomo de res asado y reducción de vino Malbec con verduras cuyanas, además de postres regionales. El vino que se tomó fue DV Catena Chardonay y Malbec, y los dulces se acompañaron con Espumante Alma 4  Viognier, de Familia Zuccardi. Finalizado el almuerzo, Macri despidió a sus colegas y dio las gracias y le dijo que este hotel le había encantado. Alejandra Navarría

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