Si hay fútbol y magia, juega el Lobo del Parque

Como ocurrió en aquel 2003, cuando consiguieron el ascenso al Argentino A ganando los partidos sobre la hora, el equipo mensana volvió a hacer honor a su apodo “el Lobo de los Milagros”.

Si hay fútbol y magia, juega el Lobo del Parque
Si hay fútbol y magia, juega el Lobo del Parque

El 30 de agosto de 1908 no fue un día más para la historia del deporte mendocino. Ese día nació el Club Gimnasia y Esgrima. Sin dudas, uno de los máximos exponentes futbolísticos que tiene la provincia de Mendoza. Allá, por la primera década del siglo pasado, comenzó a escribirse la historia de uno de los equipos más grande del interior del país.

Y si hablamos de Gimnasia y Esgrima, triunfos y emociones, es imperdonable no hablar del equipo del Lobo de 2003, conjunto que logró por primera vez el ansiado ascenso al Torneo Argentino “A”, tras vencer en la reválida a Independiente de Villa Obrera de San Juan, final que se recuerda aún por la guerra campal que tuvieron que sufrir jugadores e hinchas.

Ese equipo ante la adversidad construyó su pasta e identidad de campeón. Nombres como Javier Chacón, Manuel Villalobos, Sergio Aldunate, Damián Biondi, Rodolfo Braile, Marcos Quispe, Mario Marchetti, Federico Díaz, Gustavo Nonino, Walter Muñoz, Juan Mazzarisi, Matías Delclaux, Ricardo Bustos, Marcos Lama, Fabián Derrigo y Alejandro De la Riba, quedarán guardados de por vida en el corazón de cada hincha del “Lobo del parque”.

Ese mismo equipo de 2003 que comenzó a reconstruir la historia grande de Gimnasia estuvo en Las Cortaderas Country para medirse y divertirse contra el equipo de Más Fulbito. Fue una verdadera fiesta.

Más allá del resultado final (ganó el Lobito 7-6 con un gol en offside en la última jugada del partido), el conjunto del Parque volvió a reflejar y demostrar que la química que generó afuera del campo fue clave para lograr el gran objetivo.

Como en su época de jugador cuando iba a entrenarse, el primero en pisar el campo de juego fue el “Cococho” Mazzarisi. Apenas vio a nuestro compañero Gabriel Leal, le tiró: “Yo te voy a poner el puntaje a vos, siempre nos matabas”, lo que despertó la risa de todos, pero el delantero, rápido de reflejos, metió una gambeta y remató: “A la única que perdonábamos era a Analía Cuccia, ¿sigue laburando con ustedes esa niña?”. La respuesta fue afirmativa y de repente cayeron innumerables elogios para la belleza de nuestra compañera.

El partido estaba pactado a las 12 en punto, pero había que esperar al “Petardo” Lama que estaba perdido por Km 11 y no encontraba el lugar del match. Hasta que se cansó Derrigo, y gritó: “Qué lo esperan a ese payaso, si se hizo el lesionado en el inicio del torneo y no jugó más”.

Pero respondió de inmediato Mazzarisi, el dueño del micrófono, quien salió a defender al jugador surgido en las inferiores del Tomba y dijo: “¿Te olvidás cómo tiraba piedras en Villa Obrera? El Enano nos bancó a muerte. Habían algunos que tenían una cara de miedo infernal”.

Silbatazo inicial y la “Pantera” Chacón saltó del arco con una velocidad infernal. Idéntica acción al mano a mano que tapó en Villa Obrera en el último minuto, corrió hasta la mitad de la cancha y le dijo al cronista de Más Deportes: “No se olviden de poner que Derrigo fue el gran negocio de Gimnasia. Lo compraron en 50 mil dólares y lo vendieron en 5 pesos”.

Esta ocurrencia del “Gatti” de Tulumaya, dio pie al sanjuanino Díaz, pícaros si los hay, para tirar su primera broma del encuentro: “Les cambiamos a Derrigo por un córner, que juegue para ustedes”.

Al minuto de juego, el balón ya había visitado la red de Más Fulbito. Mazzarisi sacó un bombazo de la mitad de la cancha ¡Golazo! Con la ventaja a su favor, apareció el “jogo” bonito que caracteriza a la institución Mensana. Y tenían con qué, si estaban Lamas, Derrigo, Díaz, Mazzarisi y… ¡Villalobos!, quien no será un dotado con sus pies, pero con el cabezazo que metió en San Juan, el que significó el ascenso al Argentino A, ingresó al salón de la fama y de los héroes. Por ende, también integra el equipo del “juego bonito”. ¿Quién lo puede discutir?. Yo, no me animo.

El balón era de uso exclusivo del conjunto homenajeado, pero apareció Brandoni y puso el 1-1. Se lo juro señor/señora, el equipo de Más Fulbito pidió la hora con el empate transitorio. Fue un sueño llegar al empate. Se moría el primer tiempo y el “Derrigol” apagó las críticas de sus compañeros con dos tantos dignos de “futsal”, pisando la pelota, desparramando rivales y acariciando el balón hacia el arco rival.

Durante el entretiempo y mientras los jugadores del Lobo planeaban su estrategia para el complemento, estacionó un auto y apareció un hombre grande, robusto, a quién nadie reconoció, pero apenas pisó el campo de juego, las risas y las cargadas se pusieron a la orden del día.

Era Ricardo "Chicha" Bustos, aquel jugador que surgió en Guaymallén y participó en el ascenso del Lobo y se caracterizaba por su velocidad y fuerza en ataque. De inmediato, el Chicha se calzó la número 7 y sacó del campo de juego a Derrigo, goleador del encuentro pero el más criticado. “Chicha, Chicha, ponete la remera negra de complicado”, gritó Fede Díaz, haciendo referencia al físico actual del jugador y al programa Cuestión de peso.

“Chicha ¿por qué tenés el siete en la espalda tan ancho?”, manifestó Villalobos. Por momentos, Bustos fue el centro de atracción y cuando convirtió un golazo de cabeza, todos sus compañeros realizaron un abrazo simbólico.

El juego en sí había pasado a segundo plano. El Lobo del Parque era una fiesta. Ganaba 6-1. Derrigo, jugador olvidado en el banco de suplentes, quiso entrar y sus compañeros se lo negaron. Inmediatamente y teniendo en cuenta las palabras de Díaz al comienzo, Más Fulbito compró su pase con un vino de la Bodega Giménez-Riili.

Con el ingreso del 9, nuestro equipo cambió y con una tormenta de goles igualamos la historia 6-6 a tres minutos del final. Tuvimos el triunfo en una contra pero Villalobos, Mazzarisi, Bustos y luego Díaz, golpearon salvajemente a nuestro refuerzo y el goleador quedó tendido sobre el piso.

El partido se moría, no había tiempo para más. El asador pedía a gritos que nos sentáramos en la mesa. Empate heroico y Más Fulbito era tapa del Diario Los Andes. Pero, como sucedió aquel domingo 1 de junio de 2003, recuperó el balón Villalobos, tocó para Díaz, el sanjuanino buscó a Lamas, quien estaba abrazado al palo del arco nuestro, y la clavó al rincón. Offside no cobrado, gol, triunfo y fiesta total como sucedió hace 9 años en San Juan.

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