Por el clima, la cosecha de aceitunas no superará el 40% de un año normal

Productores y elaboradores coinciden en que las contingencias redujeron una ya baja producción, con una caída de hectáreas en los últimos años. Lo positivo: mejor calibre y buena demanda internacional.

La cosecha de aceitunas está a pleno pero la merma es considerable. Imagen de archivo.
La cosecha de aceitunas está a pleno pero la merma es considerable. Imagen de archivo.

La producción olivícola mendocina tuvo poco más de dos décadas de esplendor en que la superficie cultivada llegó a triplicarse, pero desde 2010 a la fecha esas 20.642 hectáreas cultivadas comenzaron a descender hasta reducirse a la mitad.

En medio de este panorama, las contingencias climáticas mermaron una producción, ya alicaída de por sí, y para este año la esperanza que ronda en el ambiente es que la cosecha al menos se ubique en un 40% de un año normal, tanto en las variedades que son para mesa o conservas como aquellas que van directo a las aceiteras.

Para salir del paso, los productores comenzaron a realizar ajustes para diagramar el año y cumplir, lo más que se pueda, con los compromisos asumidos. En el mejor de los casos, traen aceitunas de otras provincias productoras para hacer frente a la disminución de la cosecha mendocina.

De los aspectos negativos que puede presentar la temporada 2023 en la olivicultura, hay productores que eligen ver el vaso medio lleno. Si bien la merma en los olivos es evidente, el dato positivo está en la calidad de las aceitunas que son de mayor calibre.

Otro dato positivo es que a nivel mundial hay demanda de aceite de oliva luego del traspié que sufrió España a causa de las heladas, el principal productor, y el precio se fue para arriba. Más allá de la buena noticia, ante los vaivenes de la economía nacional, hay fuertes reparos y en particular dudas en lo que hace a la implementación del “dólar agro”.

Una caída que parece no tener fin

Todo influyó para que haya poca cantidad de aceitunas este año, aparte de que venimos con que cada vez hay menos plantaciones”, lanzó el productor olivícola de San Rafael, Marcelo Allolio, dedicado a la elaboración de aceite y también para conserva. Esa frase se repite una y otra vez en todos los involucrados en el rubro.

Un informe del Instituto de Desarrollo Rural (IDR) demuestra que a lo largo de 34 años la superficie cultivada con olivos en Mendoza fue de menor a mayor hasta llegar a 2010 que tuvo su época de esplendor. Desde entonces, comenzó un descenso en la cantidad de hectáreas dedicadas a la olivicultura y no se sabe cuándo tocará fondo.

Según el informe elaborado por el IDR, la superficie cultivada con olivo en la provincia en 1988 era de 7.585 hectáreas. En 1992 dio un salto a 13.700 ha, subió un poco más 2002 y llegó a 14.644 ha cultivadas. En 2010, de acuerdo a la información recogida en el Censo Frutícola Provincial que llevó a cabo el IDR, Mendoza contaba con 20.642 hectáreas dedicadas a la producción de aceitunas. Luego de ese pico que posicionó a la provincia como la principal productora olivícola en el país, inició un camino en el que todo es cuesta abajo.

El Censo Nacional Agropecuario de 2018 reflejó que la superficie cultivada en Mendoza descendió a 15.825 hectáreas. Y en la actualización realizada durante el 2022 con la digitalización visual sobre imágenes satelitales y verificación a campo, el IDR observó que nuevamente se produjo una baja en la superficie y las hectáreas con olivos son 11.113, casi la mitad que una década atrás.

En cuanto a la distribución de superficies obtenidas de la digitalización sobre Google Earth, los resultados que obtuvo el IDR fueron que hay 1280 hectáreas, antes con olivo, completamente abandonadas. Fincas que son de puro olivos suman 10.964 hectáreas, propiedades con olivos consociados 149, fincas que fueron loteadas para urbanización que suman 315 hectáreas y establecimientos que cambiaron su uso de olivo a vid que rondan las 952 hectáreas.

Al realizar el paneo por departamento, en la actualidad entre los más importantes en el sector olivícola están San Rafael con un 34% del total de la superficie cultivada, le sigue Maipú con el 23% y detrás están Lavalle y Las Heras con el 11% y 10% respectivamente. Como conclusión, según los datos actualizados a 2022 al compararlos con la información que brindó el Censo Nacional Agropecuario en 2018 “se observa una disminución del 30% de la superficie cultivada productiva”, concluye el informe del IDR.

Una producción menor

Las heladas tardías en 2022 y el granizo durante los primeros meses del 2023 fueron catastróficos para toda la producción agrícola mendocina y el sector olivícola también se vio seriamente afectado. A la merma en la superficie cultivada, se sumaron las contingencias climáticas y para esta temporada se estima una caída en la producción de aceitunas entre el 60% y 70%.

Un histórico de la industria como Roberto Pisi, propietario de Oilco SA, analizó: “Mendoza este año tendrá un 30% o un 40% de la cosecha normal producto de la helada, la piedra, por la falta de agua, por el abandono de los olivos o por la erradicación de los olivos en las distintas zonas. Porque cada vez se sacan más olivos y se hacen barrios. Entonces acá hay un desastre que va a llevar a que Mendoza se quede sin agricultura, al paso que vamos”.

Pisi explicó que tiene fábrica en Mendoza, pero el 70% de las aceitunas las tiene que traer de San Juan y luego defender el producto en esta tierra. “Hace tres años que traemos de San juan porque es cada vez menor la producción en Mendoza y encima este año es terriblemente menor”, afirmó.

Mario Bustos Carra, gerente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), aseguró que las contingencias climáticas afectaron a toda la agricultura en Mendoza y a la olivicultura en particular. “Desde el año pasado que hubo vientos, después heladas, después piedra, fue completito. Si bien recién se está empezando a cosechar, perspectivas de que haya una cosecha buena no hay. Hay una disminución sensible en Mendoza”, afirmó.

Además, para Bustos Carra hay poca producción y también viene influyendo desde hace tiempo la pérdida de hectáreas cultivadas: “Lo que antes eran unas hermosas fincas ahora son hermosos barrios privados. En San Martín, por ejemplo, Junín y Rivadavia, hay muchísimas fincas que tenían olivos consociados y ahora hay casas y barrios. Y en Maipú es aún más notable esto”.

La cosecha olivícola 2023

Este año el factor climático también influyó directamente en el inicio de la cosecha. En las provincias del norte, Catamarca y La Rioja, que empiezan a cosechar la aceituna de conserva los primeros días de febrero, arrancaron los últimos días de enero.

Después sigue la cosecha en San Juan y en Mendoza: en la zona este o norte ya están terminando una etapa y pasaron a la cosecha de la aceituna destinada a aceite, mientras que en Alvear o San Rafael recién están iniciando con la aceituna para conservas.

“Para nosotros lo que es la cosecha de aceituna de mesa comenzó el 10 de abril. Esta temporada no va a ser una de las mejores porque está reducido el volumen entre un 30 y 40%. Este año venía bien la floración, pero la helada y el viento que hubo anterior a la helada la agarró justo en plena floración, hizo que esa flor abortara y eso hizo que tengamos menos producción”, comentó Gustavo Mascarel, productor alvearense y titular de la empresa familiar Eme Olivos.

También, acotó Bustos Carra, por la acción del clima hay mucha aceituna de conserva que “está tocada por el granizo y ya no sirve para hacer conserva y entonces se manda a moler para aceite”. En ese sentido, el calor y la falta de agua fueron factores que obligaron a cambiar el destino de la materia prima.

“Nosotros empezamos a principio de mes a cosechar porque se han adelantado un poco los tiempos a causa del calor. Y eso más el faltante de agua ha hecho que en muchas quintas las aceitunas que eran para conserva estén deshidratadas, se ven arrugadas. Eso hace que para conserva no sirvan más y hay que enviarlas para moler. Estamos teniendo más o menos un 10% de aceitunas en esa condición”, comentó Marcelo Allolio.

Entre lo malo, el dato positivo

Así como se presentaron circunstancias que se confabularon para generar disminución en la producción y pérdida de calidad en la materia prima, Gustavo Mascarel eligió ver el vaso medio lleno y encontró un equilibrio, entre los inconvenientes ocasionados por las contingencias climáticas y la calidad de la producción que tiene frente a sus ojos.

El equilibrio está en el porcentaje de merma y con tener una aceituna con más tamaño, de mejor clasificación que es lo que busca el consumidor”, afirmó el titular de Eme Olivos. “No es así en toda la provincia, pero lo que es el sur provincial y particularmente en Alvear tenemos un año sano en cuanto a producción, entonces la poca producción que hay, tiene calidad y tiene tamaño”, añadió el productor alvearense.

En lo que hace al mercado internacional, los precios del aceite de oliva comenzaron a subir a partir de las grandes pérdidas que sufrió España, uno de los grandes productores en el mundo, justamente por las heladas. El panorama se presenta alentador para salir al mundo con la producción local, aunque están los atenuantes dictados por la situación económica del país.

Al respecto, Roberto Pisi afirmó: “Las pérdidas que sufrió España por las heladas son del 50% y por eso se ha tonificado el precio. Igualmente, esto es un commodities internacional, no manejamos el precio, pero al subir los comodities no va a haber problema en la venta del producto”.

En este punto entra a tallar el lanzamiento del dólar agro que realizó el Ministerio de Economía de la Nación. Sin embargo, al igual que los referentes en el resto de las actividades, las dudas son muchas más que las certezas. Más allá de la reglamentación del tipo de cambio diferenciado, las preguntas que se hacen todos es si realmente se podrá ingresar al programa de incremento exportador, según las condiciones, y también por el plazo que estará vigente.

Este año no hay problema para vender afuera, el problema nuestro son los costos y esto del dólar agro hay que ver. No quiero opinar hasta no conocer bien y analizar cómo van a ser exactamente las condiciones”, indicó Pisi.

Para Bustos Carra, gerente de Asolem, lo positivo del dólar agro es que desde el gobierno “toman conciencia de que el tipo de cambio está atrasado”, aunque lo negativo es que “no sabemos bien cómo se va a aplicar”. Además, el gerente de Asolmen planteó que “el vencimiento a cinco meses para las economías regionales por ahí no es suficiente, hay productos que se venden con plazos de 120 o 180 días y usted se queda afuera. Igual todos estamos esperando ver la letra chica”.

Precios del producto y falta de mano de obra

Por lo general el valor de la materia prima se paga entre un rango que va de los 35 a 75 centavos de dólar, tomando como referencia la cotización de la divisa en el Banco Nación. Dentro de ese rango, que se ajusta según el volumen de cosecha estimada, este año “se está pagando una aceituna de mesa alrededor de los 75 centavos de dólar”, comentó Mascarel.

En el caso de las aceitunas que tienen como destino la molienda para elaborar aceite, los valores que se están manejando rondan entre los 55 y 60 centavos de dólar, cotización oficial. “Es un poco más barata porque no es lo mismo cosechar la aceituna de mesa, que es toda manual por los cuidados que hay que tener, es una aceituna que no puede tener ni una marca, a la aceituna aceitera que es mucho más rápida la cosecha porque se realiza con rastrillo, con lienzo o con vibradores, entonces se agiliza”, detalló el tititular de Eme Olivos.

En cuanto a los valores de referencia que se están pagando a los cosechadores, parten de los $700 la caja de 20 kilos. El precio está fijado por paritarias y, según explicó Bustos Carra, es a los fines de realizar todos los aportes y contribuciones patronales cuando están en blanco: “Es un valor referencial que se acuerda, es más, no es lo mismo en otras provincias. Catamarca y La Rioja tienen $540 como valor de referencia”.

Sin embargo, aclaró Mascarel, la disminución de la producción impacta de lleno en los valores y “al haber poca cantidad, aumenta el jornal del cosechador. La base son $700, de ahí para arriba”.

En cuanto a cómo impactará el aumento de la materia prima y la cosecha en el aceite de oliva que va al mercado interno, todos coincidieron en que hay que ser muy meticulosos a la hora de fijar precios, ya que cualquier modificación puede desencadenar una baja en el consumo y al final es peor el remedio que la enfermedad.

“El valor del aceite de oliva ronda los $2.000 el litro. Estamos sobre un techo y no creo que se pueda ir mucho más arriba si no se disminuye mucho el consumo. Los números van a ser muy acotados”, sostuvo el productor alvearense.

Ligado a la cosecha, Marcelo Allolio planteó una situación que ya se ha presentado en otros sectores de la agricultura mendocina: la falta de mano de obra para levantar la materia prima. “Tengo una plantación al lado del establecimiento y normalmente trabajaban 10 cosechadores. Este año uno solo ha salido cosechar, parece que no quiere trabajar la gente”, afirmó este productor y elaborador sanrafelino.

Según Allolio, es un problema grave que lo tienen todos. “El año pasado hubo fincas que se quedaron sin cosechar porque no había gente para hacerlo”, se quejó.

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