Hormigas: la prohibición de insecticidas alarma a los productores

La restricción y prohibición de dos compuestos de hormiguicidas preocupa al sector vitivinícola, que duda sobre cómo controlar una de las principales plagas que afectan a los viñedos.

El Senasa restringió la utilización de algunos hormiguicidas por el daño colateral que provocaban en el medio ambiente. Los productores buscan formas alternativas para controlar las plagas.
El Senasa restringió la utilización de algunos hormiguicidas por el daño colateral que provocaban en el medio ambiente. Los productores buscan formas alternativas para controlar las plagas.

Recientemente el Senasa prohibió y restringió el uso de dos compuestos utilizados para combatir las plagas de hormigas. La medida ha despertado serias preocupaciones de los viñateros locales, que buscan alternativas y soluciones para mantener al cultivo a salvo.

En concreto se trata de la prohibición del uso, importación y fraccionamiento del principio activo Clorpirifós (Resolución 414/2021 del Senasa) y la restricción del uso y comercialización de productos formulados a base de Fipronil (Resolución 425/2021). El primero se prohíbe completamente, mientras que el segundo, Fipronil, podrá usarse para tratamiento de semillas y cebo, pero no para suspensión concentrada ni como gránulos dispersables.

Ya no se puede importar y en un año se cortará la comercialización local. Estas regulaciones se fundamentan en efectos adversos contra las abejas, principal insecto polinizador y en riesgo por distintos agroquímicos.

Para ilustrar el daño potencial de las hormigas, un estudio del Conicet dirigido por Emilce del Valle Amatta, en Finca Las Moras, comparó 30 plantas sin daños de hormigas contra 27 plantas dañadas. En las dañadas se registraron pérdidas del 71% en números de racimos, 57% en volumen (cm3), 53% en peso y 47% en número de bayas. Un daño severo durante la floración y brotación podría ocasionar una pérdida del 87% en peso-volumen de fruta cosechada por planta.

Patricia Folgarait, Investigadora Principal de Conicet y directora del Laboratorio Hormigas y Lenop (Plataforma de Servicios Biotecnológicos) de la Universidad Nacional de Quilmes, ha trabajado con productores vitivinícolas y entiende que para los productores esta prohibición es motivo de preocupación, aunque también señala que muchos productos de síntesis química terminan afectando a otros organismos, además de la plaga.

“En la vid, entiendo la necesidad y en algunos casos hasta la desesperación por parte de productores para controlar las hormigas, pero hay que pensar que muchos de estos productos generan perjuicios al ambiente. El suelo no es un sustrato inerte que sostiene la planta, y creo que poco a poco el productor argentino se concientiza de ello”, afirmó esta especialista.

Norberto Arias, director de Agrochem Consultores, explicó que en los últimos años varios compuestos químicos han sido prohibidos por sus efectos adversos y grado de toxicidad: “Ahora se prohibió el Clorpirifós para todas las aplicaciones, mientras que en el Fipronil se prohibió para foliares, no para cebos hormiguicidas, que se usa para que la hormiga se lo lleve al nido y mate el hongo del cual se alimenta”.

Los productores trabajan activamente para erradicar las hormigas durante todo el año, principalmente utilizando plaguicidas y diferentes insumos químicos que se encuentran registrados y aprobados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria.
Los productores trabajan activamente para erradicar las hormigas durante todo el año, principalmente utilizando plaguicidas y diferentes insumos químicos que se encuentran registrados y aprobados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria.

¿Hay alternativas?

La pregunta que se repite es: ¿Si estos compuestos se restringen, qué se puede usar? Existen otros hormiguicidas de compuestos químicos en el mercado, pero tienen una eficiencia menor. Además, hay extractos y recetas tradicionales, pero con pocos estudios al respecto.

Arias habla de productos de tipo biológico: “Hay un hongo, Beauveria bassiana, que controla la hormiga, y también hay desarrollos iniciales de Beauveria bassiana con Trichoderma harzianum, para controlar a la hormiga y matar el hongo”. Vale aclarar que las hormigas cortadoras no se alimentan de las hojas, sino de un hongo que “cultivan” con las hojas cortadas.

El director de Agrochem Consultores remarcó que “el mercado biológico está en franco crecimiento de productos” con una cantidad pequeña de registros aprobados en el Senasa. “Hay productos que se prohíben, pero la velocidad de registro es muy reducida”, agregó este especialista, para quien todavía hay “un enfoque muy químico” y eso demora la evaluación de los productos de tipo orgánico.

En cuanto a alternativas, Folgarait trabaja con la empresa mendocina Qualab en certificar un producto en base a microorganismos que atacan a la hormiga y a su alimento. “Como son plagas tan numerosas, inteligentes y difíciles de controlar, hay que utilizar varios frentes. En el laboratorio llevamos 15 años de estudio y ahora estamos registrando el producto en el Senasa”, comentó la investigadora de Conicet y Universidad de Quilmes.

Otra herramienta que nombró la especialista en control biológico es el uso de parasitoides (parásitos que terminan matando al huésped) de la familia Phoridae o Fóridos, que colocan un huevo dentro de la hormiga y cuando crecen ocasionan su muerte. “Lo más interesante es que afectan los comportamientos de las hormigas. A largo plazo, si se aplican dos estrategias de control, se puede sinergizar el efecto”, apuntó Folgarait.

Hacia un control orgánico

Luis Calcaterra es investigador del Conicet y trabaja con la Fundación para el Estudio de Especies Invasivas (aclarando que las hormigas no son invasivas, sino nativas). Él experto contó que en 1907 se las declaró como plaga y hasta hoy no se ha encontrado una solución para controlarlas: “Son la principal plaga de los viñedos. Todos los nuevos proyectos en Argentina deben hacer una limpieza de colonias en el terreno y después implantar el viñedo”.

Calcaterra señaló el interés por hongos que son antagonistas del hongo simbionte del que ellas se alimentan, así como hongos entomopatógenos que atacan a las hormigas: “En Mendoza y otros lugares de Cuyo se está testeando cambiar el cebo hasta que llegue a la hormiga reina y muera. En las pruebas preliminares produce entre un 30% y 50% de inactividad en los nidos. Es menor de los insecticidas pero es la única con cierto éxito”.

El problema central es que debe cambiarse el cebo cada tanto, porque las hormigas “se dan cuenta” del daño que genera al hongo y después no lo vuelven a llevar. Además, pueden cortar la parte del hongo contaminada y tirarla, por lo que la aplicación tiene que ser muy agresiva. “Si hay un buen control con cebos que contienen hongos, las pérdidas en la producción pueden bajar al 10-20%”, agregó Calcaterra.

Mauricio Castro, ingeniero agrónomo referente en viñedos orgánicos y biodinámicos, aseguró que el control de las hormigas sin agroquímicos siempre ha sido uno de los principales desafíos de la agricultura orgánica (”para algunos, es el aspecto más difícil) y no existe una solución única.

“Nos enseñaban a solucionar los problemas con un insumo, matar una plaga con un agroquímico. Tenemos que dejar de buscar soluciones basadas en un insumo y pensar estrategias entendiendo los procesos de la naturaleza”, comentó Castro. Así, por ejemplo, consultó con expertos para entender el insecto, qué hojas cortan y variar con otras plantas como mostacilla, vicia y alfalfa para disminuir los daños sobre la vid.

Eso permite pensar en otras acciones directas sobre el hormiguero, como cavar hasta el nido, matar a la reina (que pone los huevos) o remover el hongo alimenticio. También hay estrategias de inundación, pero se gastan litros de agua sin medir la eficacia. “Después está la posibilidad de aplicar productos como el aceite de Neem (una planta pariente del Paraíso), el jabón potásico o un cebo formulado con Beauveria bassiana”, enumeró Castro.

En cuanto a excavar y buscar la reina, Calcaterra aclara que eso es sencillo en suelos arenosos, pero no en suelos pedregosos: “Hablamos de excavar entre 1 metro y 1,5 metros, con un diámetro de hasta 4 metros. Estas hormigas pueden tener más de una reina, en distintas cámaras dentro del hormiguero”. Se puede matar a miles de hormigas obreras (estériles), pero si no se llega a la reina el hormiguero se recuperará.

El Senasa restringió la utilización de algunos hormiguicidas por el daño colateral que provocaban en el medio ambiente. Los productores buscan formas alternativas para controlar las plagas.
El Senasa restringió la utilización de algunos hormiguicidas por el daño colateral que provocaban en el medio ambiente. Los productores buscan formas alternativas para controlar las plagas.

Claves sobre el control de hormigas

Hay cientos de especies de hormigas, pero las cortadoras se identifican (como su nombre lo indica) por cortar hojas, especialmente de plantas exóticas para el ambiente, como la vid. También llamadas hormigas podadoras, son nativas de América, desde el sur de Estados Unidos hasta Patagonia, y pueden ser de color rojo o negro.

La especialista en control biológico Patricia Folgarait, advierte que “a veces se hace una cadena de mitos falsos” al querer controlar esta plaga, como usar arroz. “Por más que el nido se inactive un tiempo, no significa que esté muerto. La demostración del control hay que hacerla a largo plazo, demostrar que el nido se ha mantenido inactivo por muchas semanas”, advirtió.

En su última visita a Mendoza, Folgarait notó que, en zonas donde se había intentado controlar con químicos o se había cavado mucho los nidos en intentos por controlarlas, se veía una situación de mayor cantidad de nidos en vez de menos, como si se separaran o fragmentaran. “Son animales muy inteligentes, frente a un problema que afecta la sanidad de la colonia toman medidas como la mudanza del nido”, describió.

Estos animales tienen canales de escapes, de manera de proteger a la hormiga reina y los huevos, que son el futuro de la colonia. Además, en todas las primaveras hay nuevas colonizaciones, los llamados “vuelos nupciales” que darán origen a nuevos hormigueros.

“Si pudiera dar algún consejo, diría que dentro del plan de manejo de la vid, así como un factor de contingencia es el granizo, debería incluirse el control de las hormigas, considerar cuanto tiempo antes hay que hacerlo e involucrarlo en el calendario de manejo de cultivo. Muchas veces se actúa como queriendo apagar un fuego, en vez de tomar medidas preventivas”, reflexionó Folgarait.

Mauricio Castro, referente de vitivinicultura orgánica y coordinador del grupo Vinodinámicos, cuenta que llevan tres años aprendiendo sobre hormigas: “Nos dimos cuenta de que sabíamos poco y nada de ellas hormigas. Yo soy ingeniero agrónomo y en la facultad habré visto solo 20 minutos del tema”. Más que “combatir”, habla de controlar a esta plaga.

En opinión de Castro, lo central es el monitoreo, conocer la presión de las hormigas en el viñedo e identificar la ubicación de los hormigueros. “Hoy se está estudiando mucho el tema, eso veo de bueno con respecto a otros años. Esto es complejo y no puede venir la solución ‘de arriba’ con un insumo”, reflexionó.

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