Recordando a Antonio Di Benedetto, 2° parte

Continuamos analizando la influencia que tuvo, sobre la obra de Antonio Di Benedetto, la filosofía existencialista, el lenguaje de los medios de comunicación y el psicoanálisis. Hoy lo recordamos a 35 años de su muerte.

Antonio Di Benedetto.
Antonio Di Benedetto.

“Soy argentino, pero no he nacido en Buenos Aires. Nací el Día de los Muertos del año 22. Música para mí, la de Bach y Beethoven. Y el ‘cante jondo’. Bailar no sé, nadar no sé, beber sí sé. Auto no tengo”. Antonio Di Benedetto. “Autobiografía”.

Sabido es que el autor mendocino pertenece a una generación -la denominada “del 50 ó 55″- que se caracteriza, entre otros rasgos, por la influencia que sobre ella ejercen la filosofía existencialista, el lenguaje de los medios de comunicación y el psicoanálisis.

Sabido es también que la escritura del mendocino exhibe una sucesión de búsquedas expresivas. Las experiencias iniciales de Di Benedetto aparecen reunidas en Mundo animal (1953): dieciséis cuentos, algunos de ellos muy breves, caracterizados por Graciela Maturo como “una indagación del mundo ajeno a la razón” (1967). Precisamente, esa correspondencia o paralelismo de los planos real/irreal muestra lo que será una constante de la obra dibenedettiana: la permanente duplicación, el desdoblamiento y, en última instancia, la desintegración. Los personajes de Mundo animal son atacados, las más de las veces, por criaturas que ellos mismos han albergado, pero el sentimiento de culpa que los aflige los hace aceptar como merecida su autodestrucción. Despunta también como medio expresivo ese simbolismo animal que será recurrente en la narrativa del mendocino; muchas veces, los animales parecen simbolizar las fuerzas destructivas del ser humano, y en ese sentido es lícito realizar una lectura alegórica, más aún, parabólica, de estos textos. Aparecen en ellos ciertas características del sistema literario dibenedettiano que la obra posterior confirmará; sin embargo, se singularizan por explorar un cauce genérico en estrecha relación con la temática ético-religiosa.

Zama, de Antonio Di Benedetto, fue publicado en 1956.
Zama, de Antonio Di Benedetto, fue publicado en 1956.

La obra de Di Benedetto continúa con El pentágono (1955), novela corta “en forma de cuentos” y con una estructura singular. En efecto, está dividida en tres partes: “especulativa”, “crítica” y “de la realidad”, a cada una de las cuales corresponden distintos tipos de discursos (lógico, asertivo…) en combinaciones también variables. Se intercalan igualmente monólogos, diálogos ilógicos, escenas cómicas, justificando la denominación de “obertura de ópera bufa” que Di Benedetto sugiere al reeditar la obra un año después. Por su parte, la figura pentagonal aludida en el título surge de la combinación de dos triángulos centrados en un mismo protagonista, a partir del tema de los celos; personaje que aparece “escindido entre idealidad posible y existencia real”. Esta meditada elaboración textual (reforzada por los gráficos incluidos en el libro representa, dentro de la narrativa del autor mendocino, un intento consciente y bastante logrado de experimentación formal.

Zama (1956) es indudablemente la obra más lograda y famosa de Di Benedetto. Aparentemente, la línea argumental es muy simple: a través de las palabras de un narrador protagonista (que se desdobla y se observa a sí mismo) tenemos el relato de diez años en la vida de un hombre que espera. Esta aparente simpleza, empero, encubre una elaborada complejidad de planos antagónicos y coexistentes, lo que confiere al texto una fascinante ambigüedad. Es por eso que Rosa Boldori (1969), refiriéndose a esta novela, alude a una “zona de contacto” entre la realidad humana y la irrealidad supra o infra humana. Así se explican también las oposiciones de carácter

fuertemente simbólico que van configurando el texto (blanco/moreno; puro/impuro; frío/cálido…). De estas antítesis es medular la que puede plantearse a partir de los conceptos (etimológicamente afines, en la realidad textual, antagónicos) de espera y esperanza. El título original, que iba a ser Espera en el centro de la tierra, devino dedicatoria: “A las víctimas de la espera”, y condiciona la actitud existencial del protagonista, en tanto hombre que espera pero que carece, al parecer, de la auténtica esperanza. Esta génesis de esta novela, según Gaspar Pío del Corro (1992), obedece a un proceso de dos instancias: circunstanciación histórica y universalización simbólica, con lo que configura “un libro de la más moderna angustia”.

Luego de Zama, Di Benedetto publica Grot (Cuentos claros) (1956): cinco relatos cuyos personajes y asuntos parecen desarrollo de algunos gérmenes narrativos apuntados en la novela anterior. Así por ejemplo, la constancia de la relación padre/hijo, o el tema de la creación literaria, que Zama tematiza a través del micro relato de Manuel Fernández, o la situación del hombre en un mundo que lo acosa a través de fuerzas ingobernables. En cuanto a la técnica narrativa, y macando la continuidad con la obra siguiente, advertimos una tendencia al objetivismo, a la inmediatez de la captación sensorial o a las imágenes expresionistas, y también la aproximación a recursos cinematográficos en el jugo de perspectivas y enfoques cambiantes.

A continuación (1958), la Biblioteca San Martín de Mendoza reúne en un volumen dos extraordinarios relatos: “El abandono y la pasividad” y “Declinación y ángel”, que da título al libro. Se trata del experimento más osado en lo formal; el escritor es consciente de ello y encabeza el libro con una “Declaración del autor”, donde anticipa su técnica narrativa. En el primero, el conflicto humano de un marido abandonado se hace patente a través del “poder de sugestión que irradian los objetos familiares, testigos inmóviles y mudos” (Luis Emilio Soto, 1958). El segundo de los relatos pone de manifiesto esa relación con el cine que aparece como otra constante de la escritura dibenedettiana en cuanto traspone a la acción narrativa el ritmo de la pantalla y emplea la técnica del “ojo de cámara”, para acumular ante el lector rápidas imágenes que componen una suerte de relato multidimensional.

La aventura creadora de Antonio Di Benedetto continuará en la década siguiente con nuevas experimentaciones narrativas, y de ello nos ocuparemos en una nota posterior.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA