El reencuentro se dio en vivo durante un ceremonia de gala en Córdoba, donde saludó con amabilidad a su ex y a su actual esposa.
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Juana Viale protagonizó un momento incómodo al reencontrarse con su ex pareja José Palazzo en los Premios Sur, y compartió además una anécdota íntima sobre su hijo Alí. La actriz y conductora estuvo presente en la ceremonia en Córdoba, donde fue entrevistada por Intrusos. También participó de su propio ciclo, donde contó la historia con su hijo.
Durante la ceremonia de los Premios Sur celebrada en Córdoba, Juana Viale se convirtió en protagonista de su reencuentro inesperado que despertó la atención de los medios. En plena cobertura de Intrusos, la actriz fue informada por el cronista Pablo Layus de la presencia de su expareja José Palazzo, reconocido productor y fundador del Cosquín Rock, con quien mantuvo una relación en 2016.
Al enterarse, Viale respondió con serenidad: “Ya somos todos muy grandes, adultos y somos todos amigos”. El encuentro, inevitable, ocurrió minutos después cuando Palazzo se acercó junto a su esposa, Natalia Gudiño, y saludó a Viale con un beso en la mejilla, en un intercambio breve pero cordial, con mención de viejos apodos.
El momento fue registrado por las cámaras y sumó un toque de humor cuando Layus notó que Palazzo se dirigía a la conductora como “Johnny”. Consultada por el extraño apodo, Viale respondió, sonriente pero cortante: “¿Qué sé yo? Porque es así. No tengo que explicar todo. No le explico a mi madre, ¿te voy a explicar a vos?”.
La escena se viralizó como uno de los momentos destacados de la noche, donde la nieta de Mirtha Legrand volvió a mostrar su capacidad para manejar situaciones imprevistas con una mezcla de soltura y sarcasmo.
Días después, durante la emisión del domingo 20 de julio de Almorzando con Juana, la actriz sorprendió con una confesión íntima que retrató su faceta más maternal. En medio de una charla sobre la obra El Principito con el músico Juan Carlos Baglietto, Viale relató que aún conserva la costumbre de leerle cuentos por la noche a su hijo menor, Alí Valenzuela, de 13 años.
“A mi hijo más chico le leo todavía, por suerte. Ya me queda poco”, comentó con tono nostálgico. La rutina, que resiste el paso del tiempo, incluye relecturas de clásicos como Pinocho y El Principito. “Terminamos de leer Pinocho y me dice ‘Uy mamá, ahora tenemos que buscar otra aventura’. Entonces le propuse ir a comprar un libro, pero él no quiso esperar”, contó. Así, madre e hijo decidieron volver a empezar con El Principito, por cuarta vez.