-Hablemos para empezar de la obra, que plantea cuestiones humanas muy profundas.
-Nunca había estado en Mendoza con Animal Humano. Es una obra que escribimos con Guillermo Cacace sobre una noticia real de una mujer que vive con un perro. La hicimos un tiempito en El Rojas, hará 20 años y el año pasado decidimos reescribirla con esto de las redes. El que vaya a ver Animal Humano se va a encontrar con que espiamos a una mujer que tiene un perro que recuperó de la calle.
El personaje tiene un inconveniente con los vecinos pero es algo muy tangible, muy real y muy de esta época. De sentirnos acompañados por las redes sociales y muy solos a la vez. Esta desinformación de tanta información. El personaje tiene un inconveniente con los vecinos pero es algo muy tangible, muy real y muy de esta época. De sentirnos acompañados por las redes sociales y muy solos a la vez. Esta desinformación de tanta información.
-¿Y cuál sería el punto de conflicto?
-Es una mujer que está muy en el sistema y muy cancelada también por el sistema, ¿no? Y sí hay una cuestión con respecto a los animales, por qué comemos ciertos animales y otros los criamos como hijos.
-¿Tiene que ver con una cuestión más mística o va por otro lado?
No, no. Siempre que escribo y actúo, para mí tiene que ver con contar algo que me interpela, como el tema de los animales, la relación de los humanos con el reino animal, la diferenciación de trato, esta discriminación, que un poco hace también a cómo nosotros vivimos en comunidad. El personaje tiene un inconveniente con los vecinos pero es algo muy tangible, muy real y muy de esta época. De sentirnos acompañados por las redes sociales y muy solos a la vez. Esta desinformación de tanta información. La obra es una excusa para hablar de temas que nos interpelan.
-¿Tiene algo que ver el veganismo o el vegetarianismo?
-Yo soy vegetariana y en la obra sí se plantea, pero desde un lugar como también se plantean opiniones que ya tenemos impuestas o la obligación de opinar de todo… y después esa opinión es refutada. Así que la obra tiene que ver con que somos seres sociales y con nuestras contradicciones.
-En el tema de alimentación, en general, y del consumo de carne en particular hay una grieta importante. ¿Es un buen debate necesario?
-Creo que es un muy buen debate para tener, desde la industria ganadera hasta el cuidado de nuestro planeta. Porque tiene un impacto que va más allá de ser algo negativo para el animal, también lo es para nosotros y para el planeta, no solo pensando en los animales, ¿no? Ya pensando egoístamente en los humanos. Y creo que es un buen debate porque cuando vos podés elegir qué comer y sabés lo que estás comiendo, si lo seguís eligiendo, bueno, ahí ya hay una posición tomada. Pero esta es mí opinión, no es la opinión de la obra, que no toma partido con respecto a eso.
Jorgelina Aruzzi
La actriz y el director Guillermo Cacace dan vida a esa obra imperdible.
-En varias entrevistas mencionaste que tu familia no tiene nada que ver con el ambiente artístico. ¿Cómo impactó tu decisión de ser actriz en una familia tradicional?
-En un comienzo sí fue raro y creó un poco de malestar porque, en mi época se valoraba mucho la universidad y el estudio. Hoy no sé si el cuestionamiento de no hacer la universidad es tan tan grave por cómo se fue dando lo social y los laburos, pero en ese momento sí era como un drama no hacer la facultad. Pero cuando ellos vieron que yo me lo tomaba en serio, ya después me apoyaron.
-Tus personajes suman mucho a las historias. Imposible imaginarse tiras como “100 días..” sin Inés o “Educando a Nina” sin Susy. ¿Sos consciente de eso?
Muchas gracias. A mí me encanta. Y me siento muy agradecida con esto también de las giras y llevar la obra, del contacto con el público que me vuelve el cariño y me encanta. La verdad es que tuve la suerte de tener una vocación temprana y conectar por ahí.
-Cuál ha sido el personaje que más te ha desafiado?
-Todos los personajes, yo trato de poner algo diferente. En general los que más me costaron fueron aquellos en los que no había confianza en mí, o no hay una confianza de equipo porque creo también que el trabajo en equipo forma mucho a la entidad de cada personaje. El de Chiquititas por ahí era algo nuevo para mí, que era para chicos, un protagónico, ese fue un gran desafío y aparte una onda distinta a lo que yo venía haciendo en ese momento, pero finalmente siempre me siento cómoda actuando y no sabría decirte cuál fue el más difícil.
El personaje tiene un inconveniente con los vecinos pero es algo muy tangible, muy real y muy de esta época. De sentirnos acompañados por las redes sociales y muy solos a la vez. Esta desinformación de tanta información. El personaje tiene un inconveniente con los vecinos pero es algo muy tangible, muy real y muy de esta época. De sentirnos acompañados por las redes sociales y muy solos a la vez. Esta desinformación de tanta información.
-Este año también estuviste en el teatro con Casados con hijos, ¿no? ¿Cómo fue para vos sumarte a ese elenco que está tan arraigado en el imaginario argentino?
-Me hiciste acordar. Ese fue difícil por como era toda la circunstancia, pero bueno, como desde el guion era la nueva mujer de Dardo, había una licencia y la gente lo tomó con cariño, porque además no tenía nada que ver con el personaje de Érika Rivas, que era increíble. Pero sí fue muy interesante para mí la magnitud de gente, la masividad, una gran experiencia.
-Con tu experiencia en varios géneros ¿Qué te hace decirle que sí a una propuesta?
-En general un poco es el personaje, el elenco, la dirección, pero si el personaje me desafía a hacer algo diferente, eso ya me moviliza. Y bueno, y el elenco, que es como un equilibrio, ¿con quién voy a compartir el trabajo?
-¿Has tenido alguna propuesta de alguna de las plataformas internacionales?
-Tengo algunas cosas que están por salir. Después sí tengo conversaciones con las plataformas, hago trabajos para plataformas, pero los tiempos son distintos, por ahí hacés más intenso y menos tiempo, por ahí son tres, cuatro meses.
Jorgelina Aruzzi
La crítica ha elogiado ampliamente el unipersonal de Jorgelina Aruzzi.
Tavi
-Se notaba una complicidad con Griselda Siciliani que trascendía la pantalla en “Educando a Nina” ¿Era así detrás de escena?
-Sí, es más, si bien nos conocíamos, nos hicimos muy amigas ahí, porque además las dos teníamos hijas chiquitas, compartíamos muchas horas, nos reíamos y ella me dio mucha licencia para hacer, fue muy generosa conmigo. Lo mismo con Vero Ginás, porque armamos un binomio que potenció el trabajo.
-¿Extrañas las tiras diarias de televisión?
Sí, extraño mucho. Estoy agradecida de haber vivido esa televisión. Hay algo que tiene que ver con el cambio de paradigma, ahora se hacen series. Pero lo que tenía la tira diaria, el ir a trabajar como actriz e ir construyendo con el público también las muletillas, porque por ahí salían con una semana de grabación, entonces la gente te iba diciendo cosas en la calle y se iba modificando. Sí, extraño eso, El personaje tiene un inconveniente con los vecinos pero es algo muy tangible, muy real y muy de esta época. De sentirnos acompañados por las redes sociales y muy solos a la vez. Esta desinformación de tanta información.