Guillermo Francella
prensa
Cada historia aborda una tensión moral reconocible: la idolatría futbolera, el progresismo de festival, la mafia de la amistad, la corrección política sobreactuada, la cultura del “canuto”, la doble moral de clase media, el consumismo heredado, la religiosidad manipuladora, el éxodo juvenil, la xenofobia invertida y más. Homo Argentum muestra un caleidoscopio humano tan grotesco como reconocible. Influenciada por el cine italiano clásico, la película incomoda con fínísimo humor, dejando al “gen argento” frente a un espejo brutalmente honesto.
La estructura recuerda al cine de episodios italiano de los años 60, especialmente I Mostri (Dino Risi, 1963), que el propio Francella sugirió como inspiración. Como en Boccaccio '70 o Los nuevos monstruos, aquí también el hilo conductor es la sátira social, la ironía y el absurdo como motor narrativo.
Más de 40 historias fueron escritas durante la etapa de guion. De ellas, 16 llegaron al corte final. Algunas duran menos de un minuto, otras se extienden varios minutos, y todas están conectadas por una estética cuidada al detalle. Marcelo Pont, reconocido diseñador de producción, estuvo a cargo de escenografía, vestuario, arte, pelo y maquillaje. Francella también colaboró en el desarrollo creativo: propuso ideas, aportó matices y se involucró desde el guion hasta la dirección actoral.
Consultado por diario Clarín en una entrevista reciente, con motivo del estreno de Homo Argentum, Francella reconoció que lo que más le costó de su actuación fue la transformación para cada personaje: "Tuvimos un mes de pruebas de cámara, a ver cómo quedaba. Hay gente muy capaz acá haciendo este tipo de caracterización. Lo que viví más allá de lo tedioso, ¿no?, como el pelado... Te ponen una goma en la cabeza, estás tres horas y media ahí, pero después, cuando te ves... ¿Sabés qué me pasa? No me reconozco, me veo distinto, como que no me queda bien de sisa. De hecho, está bueno esto de ponerte capas y no verte. Y a mí como intérprete me sale algo distinto, como pasó con Arquímedes Puccio (en El clan), con una botarga, pelado, y me generó algo nuevo", explicó a la vez que recordó otro de sus éxitos, El secreto de sus ojos: "Campanella me sacó la barba, me puso un aplique en la cabeza, unos anteojos de carey, y no me puse lentes de contacto porque no los puedo tolerar. Y todas las caracterizaciones, las pelucas, los apliques, todas las uniones, está muy bien hecho el trabajo. Hay gente muy talentosa aquí", destacó.
Ahora, en una entrevista con Estilo, el actor habló de esta película y de los personajes que encarga, pero también se refirió a otro éxito que lo tiene en el centro: la serie El Encargado.
Embed - Guillermo Francella habla con Los Andes de su última película "Homo Argentum"
—En "Homo Argentum" colaboraste activamente con la creación de los personajes, ¿Cuál fue el que más te incomodó?
-No, incomodar, ninguno. El que más difícil transitó por la caracterización fue el de la calva. Después, llevándolo a cabo interpretativamente, lo amé. Pero todo el proceso de caracterización a veces era un poquito engorroso: te quitaban tres, cuatro horas de rodaje, y te mataba. Pero no lo padecí, al contrario, fui muy feliz con todo el compilado de episodios.
—Son como muchas películas en una...
Cada episodio era una película en sí. Y habla tanto de nuestro gen, de cómo somos, que fue placentero citarlos. Porque eran bien heterogéneos, bien distintos. Y esa cosa tan antagónica me permitió, desde lo interpretativo, hacer cosas nuevas al no identificarme desde lo estético. Fue un plus para mí. Me gustó llevarme a otro estadio y llevar cada personaje a algún lugar que todos pretendíamos. Así que estuvo bueno el proceso.
-En la sinopsis de la película se habla de un ADN argento, pero al verla tuve la sensación de una especie de egocentrismo pícaro y nostálgico a la vez, que es muy argentino. ¿Vos cómo lo definirías?
-¿A la totalidad, decís vos?
-Sí, sí, el conjunto de todos los personajes...
-Obviamente mostramos una incorrecció. No es que todos los argentinos tenemos que ser incorrectos. También hay momentos de mucha emoción, como en “Ezeiza”, como el diálogo padre con hijo. Yo vi mucha identificación en todos. Yo siempre odié ese cine que le da la espalda al público. Ese cine que a veces está reconocido, premiado, y criticado de un modo excelso, pero ni la familia va al cine, porque no es un cine que atrape, que tenga identificación. Ese cine no es para mí. Nunca podría transitarlo. Ahora, un cine que muestra… sí, subrayamos ciertas exacerbaciones a los efectos de generar debate, de provocar una conversación posterior. Pero tiene mucho de nuestro gen: esos tipos familiares, pasionales, buenos amigos, chantunes… ese tipo está con nosotros, en el porteño, en el del interior, en todos lados.Pero también puede viajar porque no es una propuesta que únicamente nos identifique a nosotros. “El encargado” que es una serie que habla justamente de un portero, muchas veces en muchos países y en Latinoamérica no hay porteros y la serie funcionó de un modo fantástico. O sea que creo que todos esos condimentos que te menciono son lo que la hacen diferente a esta película y que va a provocar, siento yo, algo que como yo vi aquella vez que vi aquella película italiana, “I Mostri”.
-La película no va a ir a plataformas todavía y la idea es ponerla en salas primero. ¿Creés que cuando llegue a las plataformas esta “cultura argenta” será interpretada por el público internacional? Vos recién mencionabas El encargado, pero estos personajes tienen una fibra mucho más profunda.
-Esa profundidad yo creo que va a dar que hablar. Yo creo que no solamente va a viajar, sino que además va a generar algo. Porque son 16 episodios que componen una película, pero podrían ser 16 películas tranquilamente. Son dilemas morales. Yo no sé cómo reaccionarìas vos estando en ese balcón (hace referencia al primer corto), si te hubiera pasado algo así. Y… no sé. Los balcones de Uganda no los conozco, pero me imagino que alguno va a sentirse representado. Lo que quiero decir es que muestra características de nuestro gen, como la película Los monstruos de Dino Risi mostraba el gen italiano. Pero también muestra conductas inapropiadas o apropiadas, o momentos de emoción. Tal vez un papá despidiendo a su hija en Ezeiza, en Países Bajos, no exista, pero al argentino sí lo va a movilizar. Y mucho. Entonces, si en algún lugar del mundo no se llega a interpretar algo, muchas otras sí se van a interpretar. Porque son conductas humanas, miserias humanas. ¿Qué hombre o mujer no ha intentado conocer la tierra de donde provienen los abuelos, españoles, italianos, lo que sea?… ¿quién no fue a conocer la tierra? El que pudo, claro. Tal vez no con el desenlace que tiene este personaje, pero genera identificación. Entonces no es una cuestión aislada. Esta profundidad tiene que ver con que cada cosa genera un tema de debate, una charla, una reflexión. Y a mí esas cosas me interpelan mucho y me gustan.
Guillermo Francella
Guillermo Francella encarna 16 arquetipos argentinos que todos podemos identificar.
prensa
—Milo J sale en la película. ¿Es cierto que todo surgió de cuándo sorprendiste a los seguidores de Bizarrap con un diálogo junto a él en que parodiabas "El lobo de Wall Street"?
-No, no fue esa la semilla. Duprat y Cohn lo conocieron por su música, y les pareció un personaje que podía rendir muy bien en ese episodio.¡Y no sabés cómo rindió! Un profesional, que no es intérprete, que no es actor, y nos gustó mucho compartir ese rato con él. Fue un momento muy grato, muy intenso y muy interesante de verlo.
-El Puma Goiti está en Mendoza en estos días. Me contó que había estado y que vos le cediste la obra Cyrano. ¿Cuándo podremos verlos a ustedes dos, no solo en la pantalla chica, sino también en los escenarios y en la pantalla grande?
-Ojalá. Lo quiero mucho, nos queremos mucho. Ojalá que podamos ser parte de algo que nos vuelva a juntar. Nos habíamos juntado en Poné a Francella hace muchos años, y ahora volvimos con El encargado. Ya firmamos cuatro temporadas, así que ya veremos cuándo vuelve Gabi o cuándo nos podemos volver a ver con Gabi en algún proyecto.