El lunes por la noche, River Plate venció a Barracas Centralen los cuartos de final del Torneo de Apertura frente a una multitud. Entre los presentes destacó Darío Barassi, quien vivió su primera experiencia viendo un partido de fútbol en vivo.
Reconocido por su humor, Darío Barassi no suele mostrarse interesado por el deporte, aunque ha confesado disfrutar del tenis.
El lunes por la noche, River Plate venció a Barracas Centralen los cuartos de final del Torneo de Apertura frente a una multitud. Entre los presentes destacó Darío Barassi, quien vivió su primera experiencia viendo un partido de fútbol en vivo.
Esta vez, acompañó a su esposa y al DJ Tommy Muñoz, su amigo, a un palco del estadio Monumental, desde donde relató en redes sociales todo lo que le llamó la atención durante el partido.
A través de videos en su cuenta de Instagram, Barassi compartió con asombro cada detalle. “Nos trajeron a la cancha. En la vida. ¿Qué hacemos nosotros?”, se preguntó, y no tardó en dejar claro que no sabía bien cómo comportarse en ese entorno. River salió a la cancha y el conductor se sintió superado por el ambiente: “¡Wow! Ya me sorprendía todo. Cantan todo el tiempo, yo no sé una pu… canción. Cuando escuché que decían River, yo decía River, me di cuenta de que yo movía los dos brazos y no me di cuenta de que solo se mueve uno”.
Uno de los momentos más comentados fue cuando Barassi se dio cuenta del error en su vestimenta: asistió al estadio con un suéter azul y caqui, colores parecidos a los de Boca Juniors. “Soy tan pelotudo que fui vestido de azul y tenía justo como un suetercito que era medio caqui, medio amarillito. Fui muy mal visto”. También expresó su decepción con la oferta gastronómica: “Yo quería un chori, pero me trajeron pochoclos y una gaseosa light”.
El momento que más lo impactó fue el entretiempo, particularmente el sistema de riego automatizado: “El sistema de riego del césped es descomunal (…) el proveedor del sistema de riego de la cancha de River que me contacte si quiere hacer un canje y lo meto en casa”. Y bromeó con su fascinación por el campo: “Las ganas de correr en bolas por el césped, de ser pelota y que Leandro González Pires me patee”.
No se quedó hasta el final: “Ya para el segundo tiempo, a mí no me alcanzaba, necesitaba una entraña, así que no me quedé hasta el final”. Aun así, reconoció que la experiencia le resultó reveladora: “Qué linda experiencia. Fue la primera de varias, me gustó mucho”.
Al día siguiente, sin haber dormido bien por haber sido despertado por su hija Emilia a las 6 AM, narró su mañana con el mismo tono humorístico. “El amor de un padre puede más que el amor propio”, dijo tras relatar cómo ella lo empujó de la cama. Luego fue a jugar al tenis y se preparó para ir a trabajar, donde cerró su relato con naturalidad: “Anoche tomé una cosita natural para dormir y parece que pega”.