En medio del catálogo interminable de Netflix, donde abundan las producciones ruidosas y las fórmulas repetidas, de vez en cuando aparecen pequeñas joyas que nos recuerdan el poder de una historia bien contada.
Imperdible. Llegada a Netflix como un remake antiguo, esta producción es furor desde que se conoció su tráiler.
En medio del catálogo interminable de Netflix, donde abundan las producciones ruidosas y las fórmulas repetidas, de vez en cuando aparecen pequeñas joyas que nos recuerdan el poder de una historia bien contada.
Desde antes de su estreno, una miniserie española ha llamado la atención de los suscriptores del gigante de streaming. Ahora,arrasa y promete romper todo tipo de récord de la plataforma.
Ángela es la miniserie española que hoy por hoy arrasa en Netflix. Creada por Harry y Jack Williams, esta producción de seis episodios es una remake de la serie australiana Angela Black y ha logrado cautivar al público y parte de la crítica.
La serie sigue a Ángela, una mujer con una vida en teoría perfecta: dos hijas fantásticas, un esposo aparentemente encantador y una casa que sería la envidia de cualquiera. Sin embargo, detrás de esa imagen idílica se esconde una trama de violencia psicológica y manipulación ejercida por su marido, de la que no puede escapar.
Todo cambia cuando en su vida aparece Eduardo, un "viejo compañero de colegio" que en realidad está investigando un caso relacionado con su esposo, el cual le revelará oscuros secretos que desconocía. Esta trama de abuso y juegos de poder sin dudas atrapó a la audiencia, que la mantuvo entre las tiras más vistas durante todo el fin de semana.
La miniserie española ha recibido críticas mixtas. Para Hobby Consolas es "una notable apuesta por el suspense [...] capaz de atrapar al espectador. Peca de algunos vicios, pero es una apuesta que cuenta con elementos de sobra para funcionar, en España y en el extranjero".
Desde Cine con Ñ no quedaron tan conformes al escribir: "El remake español de Ángela Black sigue una estrategia paralela centrada en transmitir la asfixia vital que sufren las víctimas de violencia de género, aunque corre el peligro de derivar hacia un cachivache de suspense".
En Escribiendo Cine sostuvieron que "su mayor logro reside en representar un proceso de reflexión que no se resuelve con gestos heroicos, sino con decisiones ambiguas, dudas persistentes y la necesidad urgente de recuperar el control sobre una vida que se ha ido desdibujando tras años de sometimiento".