Alejandro De Michele: 40 años sin la voz principal del dúo Pastoral

Se cumple un nuevo aniversario de la muerte de este que fue una figura clave del rock argentino en los 70 y, a la vez, uno de los creadores hoy más olvidados, a pesar del poder de su obra. Este texto pretende reivindicarlo.

El integrante del dúo Pastoral, fallecido en 1983.
El integrante del dúo Pastoral, fallecido en 1983.

Hoy, 20 de mayo de 2023, se cumplen 40 años del fallecimiento de Alejandro De Michele. Aunque es una figura clave del rock argentino es los 70, no sería extraño que hoy muchos ignoren este nombre, quizás porque la memoria selectiva de la difusión muchas veces olvida a algunos genios y eso no ayuda demasiado a la memoria colectiva de nombres propios.

A quienes crean ignorar ese nombre, podría preguntárseles si “les suenan” los siguientes versos: “Quiero atrapar el sol / en una pared desierta / me siento tan libre que / hasta me ahoga esa idea / me hace mal la realidad / de saber que el perro es perro / y nada más.”

Así empieza la canción En el hospicio, del dúo de folk rock argentino llamado Pastoral. La composición de esta canción estuvo a cargo de la voz principal del dúo: un joven llamado Alejandro De Michele, que formó el grupo cuando apenas tenía 18 años. Él es el genio creador al que recuerda la fecha de hoy.

La letra de En el hospicio describe la vida de un paciente en un psiquiátrico, destacando su sufrimiento y la sensación de estar atrapado en un lugar donde la realidad es abrumadora: “encierro real / claustro de barro / sombras”. La canción refleja la condición emocional y mental de estas personas y plantea cuestionamientos sobre la naturaleza de la vida y la identidad personal. A propósito, dice su amigo y compañero de dúo Miguel Ángel Erausquín, quien estuviera encargado de las guitarras líderes y de los coros: “(La canción) Habla de la oscuridad de un hospicio, intenta reflejar el encierro dentro de una habitación de un neuropsiquiátrico y todo lo que ello significa. También se representa al rayo de sol atrapado en la pared que está a nuestras espaldas. La temática del hospicio, lógicamente, no es exclusiva del rock; está en la primera película de Leonardo Favio y en docenas de lugares históricamente. El hospicio y los locos son temáticas bastante atractivas para el adolescente”.

La melodía de la canción es suave y melancólica, con arreglos instrumentales que refuerzan el ambiente sombrío y nostálgico de la letra. A través de su poesía introspectiva, En el hospicio captura la sensibilidad y la profundidad emocional características de la música de Pastoral. La canción se ha convertido en un clásico y ha perdurado en el tiempo como una de las composiciones más destacadas del dúo.

Pero el Pastoral supo componer también otros grandes hits, tales como Girasoles de papel, Humanos, Me desprendo de tu vientre, Lustrabotas de avenidas, Atrapados en el cielo, Aquí Luis, entre muchos más. Pastoral se destacó por combinar elementos del rock progresivo y la música folclórica argentina, con letras crudas e introspectivas que parecen influidas por autores simbolistas tales como Charles Baudelaire o Arthur Rimbaud.

La muerte de Alejandro De Michele, ocurrida un fatídico 20 de mayo de 1983, en un accidente automovilístico, marcó el fin de Pastoral, ya que Erausquín decidió no continuar sin su compañero. Las cenizas de De Michele reposan en el cinerario de la Parroquia de Nuestra Señora Del Perpetuo Socorro en Buenos Aires.

La banda que integraban Alejandro De Michele y Miguel Ángel Euraskin.
La banda que integraban Alejandro De Michele y Miguel Ángel Euraskin.

A pesar de que han pasado más años sin su presencia que los que la vida a él mismo le otorgó, Alejandro de Michele sigue más vivo que nunca entre nosotros. No físicamente, claro está, sino espiritual y artísticamente, lo cual es mucho más poderoso. Alejandro parecía un ser divino, de otro plano. El impresionante lirismo de su voz y sus increíbles agudos, casi inhumanos, son sólo una prueba de lo dicho. Pero, además, su pluma semejaba ser la de una deidad: anticipaba temáticas que no eran las de su época, lograba introducirse en el alma de cualquier lector/oyente (o, mejor dicho, cualquier “gozante”), y todo con una profundísima dosis de apasionada belleza, clave de su diferencia con el resto de los mortales. Porque sí, aunque nos cueste horrores creerlo, él también era humano, y aunque a algunos nos pese, los humanos morimos, y él lo hizo a la temprana edad de 28 años (hasta en esto fue un adelantado).

Dejó rápidamente este mundo que sin dudas no está hecho para él, para un alma tan frágil, bella, sensible, visionaria, perceptiva, para un alma tan -insisto- divina. Lo bueno de esta especie de seres, a los que podría definir como semidioses, es que, si bien su cuerpo es finito, sus acciones son divinas, y por lo tanto eternas. Todo lo que producía Alejandro se mezclaba con alguna fórmula mágica que le daba belleza sobrenatural e inmortalidad. Verdad a las claras es esta, considerando cierta ignorancia a Pastoral por parte de la prensa y el no obstante recuerdo perpetuo de sus canciones por parte de la gente.

Si hubiera que definir a De Michele en sólo tres palabras, creo que podrían ser “belleza”, “amor” y “paz”. Hoy sé que puedo contestar, ante la pregunta de si creo en Dios, una paráfrasis de lo que dijo alguna vez Fernando Trueba sobre Billy Wilder: “Soy ateo, pero creo en Alejandro de Michele”.

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