Hace un tiempo nuestra comunidad se vio conmocionada cuando en la villa de La Paz, este de Mendoza, una alumna se presentó a la escuela con un arma de fuego sustraída a su padre policía, inquiriendo por algunas maestras, luego se acuarteló, amenazando quitarse la vida, por suerte con final feliz.
Este hecho nos recuerda otros similares como, la masacre de Carmen de Patagones, donde un alumno con el arma de su padre policía mató a tres compañeros, dejando cinco heridos. El sonado caso de la joven Nair Galarza, quien mató a su novio con la pistola de su padre policía. En 1997 un joven de 14 años con la pistola de su padre gendarme mató a un compañero. En Lisandro Olmos, La Plata, un joven con el arma de madre policía, amenazó a sus compañeros de escuela. En Hurlingham un alumno llevo a la escuela la pistola de su padre policía. Y seguramente hay más casos similares.
Algunos países, han resuelto este tema, proporcionando a sus fuerzas de seguridad el arma junto con un dispositivo llamado traba de gatillo, con llave o combinación, para que nadie pueda utilizar el arma, excepto su usuario. Estos dispositivos se venden en el mercado de nuestro país a precios razonables. Opino que los ministerios de Seguridad provinciales o nacionales deberían proveer de estos dispositivos a todos sus funcionarios que portan armas, haciéndolos responsables por el uso indebido de terceras personas.
* Oscar Borgobello. DNI: 7.999.267.