El fútbol, otra vez golpeado

El partido de Godoy Cruz -Talleres de Córdoba, jugado en la cancha de Gimnasia de Mendoza, fue una jornada donde me retiré vacío, con el ánimo dañado. Otra vez el fútbol fue vencido por un acto vandálico.

En mi carrera periodística he presenciado infinidad de partidos de fútbol y he redactado comentarios, de Liga Mendocina, torneos argentinos, Mundial ’78 y nacionales. Siempre ha sido un placer ir a un estadio, porque en general, nunca salí decepcionado. Gocé con una jugada, una individualidad, una táctica y goles de todo tipo. Algo le encontré siempre atractivo a un partido. Lo disfruté y viví intensamente.

Pero hubo también malos momentos, por incidentes y situaciones desagradables. El partido de Godoy Cruz -Talleres de Córdoba, jugado en la cancha de Gimnasia de Mendoza, fue una jornada donde me retiré vacío, con el ánimo dañado. Otra vez el fútbol fue vencido por un acto vandálico de una persona antisocial, indiferente al fútbol, y que sólo provocó tristeza en casi la totalidad de un público que disfrutaba del espectáculo. Desde el sector este, esa persona que desconoce lo elemental en educación, tuvo la absurda acción de arrojarle un proyectil al juez de línea, Diego Martín. Su proceder, su mala acción y la agresión con un proyectil (trozo de caño de PVC), no tienen sentido. Si bien la lesión, por suerte, no fue grave, fue suficiente para que el árbitro Falcón Pérez decidiera la suspensión del cotejo. La reglamentación de la International Board es precisa y contundente para determinar que una agresión a un colegiado, no tiene otra alternativa que la suspensión.

¿Qué viene ahora? Con el informe del árbitro a la vista, el Tribunal de Disciplina deberá dictaminar cual es la sanción que le cabe a Godoy Cruz, totalmente ajeno al hecho y sin responsabilidad en la agresión.

¿Y yo me pregunto? Ese personal de control de seguridad privada (de chalecos fluorescentes) que se ubica de frente a la tribuna, que tiene como única misión custodiar el movimiento de los espectadores ante cualquier anomalía ¿para qué está? ¿Sirve pagar un mal servicio?

Puede haber sanciones duras, pero debe buscarse el sistema para mejorar la seguridad de quienes asumen el trabajo de custodiar el orden.

En el final, quiero pedirle perdón al fútbol, el deporte más bello del mundo, al verse otra vez agraviado y golpeado en su sana esencia.

* Ángel Rosales. Periodista.

LAS MAS LEIDAS