22 de junio de 2025 - 00:00

Prisión domiciliaria razonable, pero sin privilegios

Aun considerando como totalmente válida la concesión de la prisión domiciliaria, en especial por tratarse de una persona de más de 70 años de edad, queda claro que en su domicilio de detención las actividades que desarrolle deberán estar enmarcadas en lo que dicta la legislación vigente.

En una nota editorial reciente destacábamos la importancia del funcionamiento de las instituciones del país a partir del fallo de la Corte Suprema que ratificó la doble condena por corrupción que recayó sobre la ex presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner.

Con la decisión del máximo tribunal se considera que debe recaer sobre la citada dirigente política el criterio de igualdad ante la ley que le cabe a todo ciudadano. En este caso en lo que se refiere a las condiciones de privación de la libertad en forma temporal hasta cumplir la condena establecida.

Aun considerando como totalmente válida la concesión de la prisión domiciliaria, en especial por tratarse de una persona de más de 70 años de edad, queda claro que en su domicilio de detención las actividades que desarrolle deberán estar enmarcadas en lo que dicta la legislación vigente. No puede haber concesiones arbitrarias que puedan dar argumento para la denuncia de connotaciones políticas.

Sin embargo, ya en su condición de persona privada de la libertad por la Justicia, la señora de Kirchner dispuso tener participación en la importante movilización que sus seguidores organizaron. Fue a través de un mensaje grabado que se hizo escuchar en Plaza de Mayo y adyacencias, a través del cual, lejos de buscar apaciguar ánimos, reiteró su postura de confrontación con jueces y fiscales supuestamente influenciados para sacarla del ámbito político activo.

Se puede deducir, por lo tanto, que la ex presidenta buscará mantener su protagonismo político más allá de la condición de detenida, probablemente pretendiendo influir públicamente en el proceso electoral en marcha. Además, con la autorización que logró para poder utilizar el balcón de su residencia, aunque sin alterar la convivencia con vecinos, puede llegar a arrogarse la facultad de recibir el aliento de sus seguidores y saludarlos. generando el movimiento en la zona que se le pide que evite.

Por otra parte, no cabe ninguna duda de que el sector partidario que responde a la señora de Kirchner, en línea con ésta, mantendrá a rajatabla el argumento de la persecución política que suponen las acciones judiciales en cuestión. Nada más desatinado.

No se puede argumentar una supuesta confabulación política, judicial y empresaria, como sostienen desde el kirchnerismo, cuando las evidencias sobre el uso de los recursos del Estado para la comisión de ilícitos se encuentran incluidas no en una, sino en varias causas. Este año se esperan avances en el conocido caso “de los cuadernos”.

La jugada no es nueva. En 2019, en una de las primeras medidas del por entonces flamante gobierno en el que la señora de Kirchner fue vicepresidenta se dispuso que la Oficina Anticorrupción dejase de ser querellante por parte del Estado en las causas que involucraban a ella y otros referentes de dicho espacio político. Hechos que habían promovido sectores de la oposición y que la Justicia investigaba.

En definitiva, no existe ninguna proscripción para la ex Presidenta y menos para su espacio político, que debería continuar su camino en el marco de la democracia.

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