21 de mayo de 2025 - 00:00

Maltrato animal en el uso de mulas cargueras

La actividad de transporte de cargas por mulas en el Parque Provincial Aconcagua sigue siendo el centro de una controversia porque se ha detectado maltrato animal en esa labor. Debe ser erradicado de plano el abuso sobre los animales que llevan a cabo algunos prestadores que infringen la ley.

En el Parque Provincial Aconcagua conforma una larga tradición el uso de mulas para el traslado de cargas de los grupos que intentan ascender el coloso de 6.962 metros.

No sólo llevan los pertrechos de los andinistas sino también de quienes realizan excursiones a distintas alturas de la montaña, sin intentar la cumbre.

Una asociación ambientalista con reconocida trayectoria como es la Fundación Cullunche, liderada por una defensora del bienestar animal, doctora Jennifer Ibarra, ha denunciado reiteradamente el abuso y maltrato que sufren estos animales en sus labores diarias, que se extienden aproximadamente a tres o cuatro meses en el año.

Las empresas que realizan esas prestaciones son entre seis y ocho y la dotación de mulares existente alcanzaría a unos 800 o 900 ejemplares.

Se han documentado casos de descuido grave e incluso ha tomado cartas en el asunto la Justicia, a través de la Unidad Fiscal de Delitos contra el Medio Ambiente y los Animales. El fiscal actuante, doctor Gabriel Blanco, inició la causa y hay arrieros procesados.

Las evidencias indican que en determinadas ocasiones hubo abusos en la explotación de estas bestias cargueras; son hechos que ya no se pueden remediar ni desconocer, pero si deben evitarse a futuro.

Todo esto ocurrió durante las inspecciones realizadas en parajes como Puente de Inca, Plaza de Mulas y Casa de Piedra donde fueron revisadas a unas 300 mulas, comprobándose que setenta de ellas necesitaban atención veterinaria urgente: tenían sus cuerpos agobiados por el abuso, quemaduras en sus lomos y lesiones que habían sido ignoradas durante semanas.

Es cierto que no todos los operadores turísticos que prestan estos servicios se comportan igual. Empresas grandes que tienen ganado y realizan estas prestaciones en la cordillera han reconocido a nuestro diario que puede haber existido maltrato animal, que según sus expresiones es llevado a cabo por “aventureros” que se independizan de las firmas con más trayectoria y responsabilidad social y ofrecen servicios precarios que incluyen descuidos y/o desconocimiento acerca de la actividad de transportar las cargas de los clientes.

Sostienen que los grupos que hacen bien las cosas procuran el bienestar animal, considerando las cargas máximas permitidas, los calendarios de vacunaciones y los controles veterinarios, más los tiempos de descanso y la buena alimentación.

Como se observa dos posiciones que deben dirimir y llegar a una solución acordada, donde el Estado, a través de organismos competentes del Gobierno provincial, tienen que intervenir y procurar que la actividad continúe, pero sin poner en riesgo a la noble cruza de una yegua y un asno.

Explotación, abandono y maltrato animal sistemático deben ser plenamente erradicados de la actividad de montaña, que precisamente en sus fundamentos ampara los requisitos del cuidado del ambiente, con todo lo que ese propósito conlleva.

En este sentido, también debe valorarse una acción que Cullunche contiene en su catálogo de objetivos: la plena y total eliminación en la provincia de la tracción a sangre que todavía se observa en algunos lugares del Gran Mendoza y el resto de las regiones, es decir erradicar para siempre las carretelas, lo que se ha conseguido en muchos departamentos.

Recordemos que Sarmiento propuso el Día del Animal para proteger básicamente a los animales de carga, caballos y mulares en primer término.

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