Los Andes dio una noticia preocupante hace unos días sobre el cuadro de situación del panorama vial provincial: multaron en promedio a siete conductores ebrios por día en el mes de noviembre en Mendoza.
La lucha es permanente y la ciudadanía no la puede perder: debe bajarse a la mínima expresión la conducción de automotores tras la ingesta de bebidas alcohólicas. Hay una luz de esperanza en que con más controles de tránsito y un aumento de la responsabilidad de los usuarios, se podrá lograr.
Los Andes dio una noticia preocupante hace unos días sobre el cuadro de situación del panorama vial provincial: multaron en promedio a siete conductores ebrios por día en el mes de noviembre en Mendoza.
Desde mediados de noviembre, se detectaron más de 200 casos de alcoholemia positiva: 53 estuvieron involucrados en siniestros viales que dejaron 31 heridos.
Entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre, la Policía de Mendoza identificó a 204 conductores en estado de ebriedad. De ese total, 92 presentaban niveles inferiores a un gramo de alcohol en sangre, mientras que 112 superaron ese límite.
Dentro del contexto preocupante por el número de incidentes de tránsito que registran nuestras calles y rutas, un hecho compensa en parte: de los 53 casos de accidentes de alcoholemia positiva, ninguno registró víctimas fatales, aunque sí lesionados de distintas consideraciones.
Desde el ministerio de Seguridad aclaran que la alcoholemia no siempre es la causa principal del choque o el vuelco, pero constituye un indicador relevante para la pericia vial.
También el informe ministerial pondera que la conducta de conducir un vehículo con niveles de alcohol en sangre “se trata de una conducta minoritaria en relación con el total de conductores fiscalizados”.
No obstante, el panorama acarrea un alto riesgo, que requiere la intervención inmediata de los preventores o agentes de tránsito provinciales y de los efectivos que pertenecen a los municipios.
Los controles de alcoholemia aumentaron un 240% en 2024 respecto del año anterior, y en 2025 continuaron en alza con un incremento del 0,5%. La positividad, en tanto, se mantiene baja: durante 2024 se registró una baja del 8,8% y este nivel persiste en 2025, pese al aumento de los controles.
En lo que va de 2025, se realizaron 66.007 controles en toda la provincia. De ese total, 1.008 conductores presentaron menos de un gramo de alcohol en sangre (1,53%) y 1.276 superaron ese límite (1,93%), representando un 3,46% de resultados positivos.
El control directo en las calles y caminos es la herramienta más segura para bajar el flagelo del alcohol durante la conducción de vehículos.
Pero la realidad es que los agentes no pueden estar en todas partes, lo que genera desafíos de seguridad vial y general, requiriendo soluciones como mayor tecnología (cámaras, drones y otros dispositivos).
El otro aspecto que siempre ponemos en debate es la necesidad de adoptar una mayor responsabilidad ciudadana, acatando de manera irrestricta las normas de tránsito y colaborando en mantener el orden en las vías de comunicación. El conductor asignado es una gran solución en los casos de fiestas donde habrá bebidas alcohólicas.
En paralelo, se esperan castigos más severos a los conductores alcoholizados, especialmente cuando causen daños a terceras personas. Tal vez aquellos que no entren en razón por la persuasión, lo harán cuando reciban multas altas en lo económico, inhabilitaciones, arrestos y penas de prisión, endureciéndose si hay lesiones graves o muerte, aplicando incluso cargos de homicidio imprudente en casos extremos. En una palabra, procurando disuadir la conducta peligrosa.