La economía de Mendoza tuvo una caída en su nivel de actividad, en 2024, levemente menor que Argentina, pero con relevantes diferencias sectoriales: 1,6% versus 1,8%, respectivamente. Este es uno de los datos que se desprende de la 20º edición del anuario que elabora el Ieral (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea).
La presentación del Informe Anual 2024 y Perspectivas 2025 de la Economía de Mendoza se realizó esta tarde, en el salón de los espejos del Park Hyatt Hotel. Como es habitual, la disertación de los economistas Gustavo Reyes y Jorge Day comenzó con el análisis de qué habían previsto en la publicación anterior y qué fue lo que efectivamente sucedió el año pasado, para brindar un panorama de la evolución de los principales sectores de actividad y plantear escenarios de lo que podría suceder este año.
Reyes no sólo indicó que la economía mendocina cayó un poco menos que la argentina, sino que la “buena noticia” es que las dos cayeron menos de lo que anticipaban y que, a partir del segundo semestre, comenzó a verse un rebote, que también fue más fuerte de lo esperado y quedó a mitad de camino entre una sonrisa y una V (por la línea que dibujan en los gráficos). Esto, pese a que no alcanzó a compensa la caída del primer semestre.
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Dinámica sectorial
El desempeño variable del promedio nacional y lo que sucedió en la provincia, entienden desde el Ieral, responde a la dinámica sectorial. Day señaló que en 2024 sucedió algo llamativo, porque el poder de compra cayó, pero que, si bien cuando esto sucede, se espera que se compre menos ropa, celulares y autos, las ventas en supermercados cayeron 17%, pero las de centros comerciales, apenas un 5%. Y las ventas de autos 0 kilómetro crecieron. El comercio representa el 16% del PBG provincial y el 18% del empleo registrado.
En cuanto a la construcción -3% del PBG y 6% del empleo-, la obra pública en Mendoza tuvo una disminución del 45% anual, mientras que a nivel nacional alcanzó el 51% de reducción. Pero, aclararon, esto no incluye los proyectos del IPV y de Aysam, que hacen que la caída en la provincia haya sido mucho menor y también explica que la pérdida de puestos de trabajo en este sector haya alcanzado valores inferiores en Mendoza.
Como el dólar está barato en comparación con otras épocas y el turismo internacional dependía en buena medida del blue, este sector -3,5% del PBG y 5% del empleo privado registrado- tuvo una caída en el número de visitantes alojados en hoteles de la provincia, tanto en la comparación con 2023 como con 2019.
En cuanto al vino, Day señaló que 2024 estableció un panorama complicado, porque la cosecha creció un 46%, la elaboración un 21%, pero las ventas apenas un 1%, ya que el mercado interno casi no aumentó y las exportaciones tuvieron una mejora leve. Como en 2025 se ha estimado que habrá una mayor cantidad de materia prima, los precios de la uva se mantendrán sin variaciones.
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Perspectivas
Para avizorar lo que puede suceder en 2025, se debe entender qué podría pasar en el mundo, ya que el mercado externo es uno de los motores de la economía. Reyes detalló que el mundo crecería de modo similar a 2024, pero Brasil tendrá una fuerte desaceleración -para crecer la mitad que el año pasado- y Estados Unidos, con un déficit de 7 puntos del PBI, enfrenta expectativas de mayor inflación y de recesión, lo que impactaría en el precio del dólar y las comoditties.
Por otra parte, la llegada de Donald Trump a la presidencia genera una gran incertidumbre y riesgos para la estabilidad cambiaria argentina. El economista sumó que se desconocen también los detalles del programa con el FMI.
La inflación, de no mediar algún fuerte desajuste, debería cerrar el año con un acumulado del 20 a 30% y la economía nacional tendría un crecimiento del 3,2%, que podría alcanzar el 4 a 6% si hay factores que contribuyan a un mejor resultado.
Y en Mendoza se daría un rebote positivo, ya que se anticipa una recuperación del empleo y los salarios, que el sector financiero siga en expansión y que se incremente la obra pública, por tratarse de un año electoral. Con los principales motores de la economía expansivos, si bien no habría crecimiento, porque la caída fue importante, sí se mantendría la senda ascendente.